Paco Pérez04.08.2019 | Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Este pasado fin de semana se han producido dos terribles matanzas en Estados Unidos por parte de dos jóvenes descerebrados que han disparado contra la gente, provocando decenas de víctimas mortales y cuantiosos heridos con estas incomprensibles acciones criminales.
El primero de los tiroteos se produjo en la más importante población fronteriza con México, en El Paso, estado de Texas, convirtiéndose en una de las más sangrientas matanzas de este tipo en USA, y el segundo en la ciudad de Dayton, estado de Ohio.
El atentado de El Paso fue protagonizado por un veinteañero informático, que fue finalmente detenido, por su odio a los inmigrantes latinos y contra la "invasión" de sudamericanos. El autor del de Dayton, que fue abatido por la policía en un minuto, uso una escopeta y entre los muertos figura un hermano suyo.
Estas dos nuevas matanzas indiscriminadas han abierto de nuevo el debate sobre la conveniencia o no de prohibir las armas de fuego en los Estados Unidos, algo a lo que se opone el presidente Donald Trump (otro descerebrado), que encima apoya a la Asociación Nacional del Rifle, cuyos directivos continúan afirmando que las pistolas y las escopetas son necesarias para la seguridad de la población civil.
Por el contrario, asociaciones pacifistas acusan directamente a Trump de fomentar el odio racial a través de sus discursos e intervenciones públicas y le culpan del aumento del número de matanzas y de las víctimas producidas por las mismas, cuyo número ha aumentado en un veinte por ciento en los tres años del mandato de este singular presidente.
Está demostrado que cualquier persona no puede tener un arma de fuego en sus manos, pero los fabricantes de las mismas, en USA, forman un importante lobby y desde la Presidencia se defienden sus intereses de forma descarada.
Imagen: entornointeligente.com | CEDIDA
