19.02.2018. Redacción / Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
En muchos asuntos, el actual Gobierno de Canarias ha demostrado su manifiesta incompetencia y su incapacidad para resolver graves problemas, como las listas de espera de pacientes para ser atendidos en los hospitales, los vertidos al mar de aguas negras sin depurar, las políticas de cohesión regional (y eso que dicen ser "nacionalistas"), las ayudas a la dependencia y una larga lista de temas que parecen irresolubles, precisamente por la mediocridad del gabinete de Clavijo en la gestión pública, que es la que aquí juzgamos, porque personalmente a todos y cada uno de los miembros de ese Gobierno, en sus quehaceres particulares y privados les expreso mi más respetuosa consideración, entre otros motivos porque me considero amigo de varios/as de ellos/as y lo digo abiertamente, porque no se debe confundir la crítica política con los afectos personales. O al menos así lo entiende un servidor.
Lo que está mal pues está mal, y punto pelota. El más inepto de este Gobierno parece ser el vicepresidente y consejero de Obras Públicas, un hombre que fue incluido en el Ejecutivo para sustituir a la socialista Patricia Hernández tras la ruptura del pacto entre CC y PSOE, por el simple hecho de que el Estatuto de Autonomía exige que el numero dos tiene que tener la condición de diputado y como es el único parlamentario de CC por Gran Canaria, pues lo metieron en el saco y le dieron la "carterita" de Fomento, para entendernos mejor.
Fomento incluye las competencias en Carreteras, y parece que don Pablo Rodriguez o no entiende del asunto o simplemente no sabe gestionar los temas relacionados con las futuras vías interurbanas de Tenerife, como la finalización del anillo insular, con el túnel de Erjos, ni tiene puñetera idea de cómo resolver los atascos que se producen un día sí y otro también, en las dos principales autopistas de la mayor y mas poblada isla de este Archipiélago.
Aunque los lideres de Coalición Canaria quieran marearnos la perdiz, la verdad verdadera es que esta gente se ha presentado en Madrid para firmar con la Administración Central un convenio de Carreteras, pero con la absurda particularidad de que la relación de las pretendidas obras a ejecutar no fue acompañada de los respectivos proyectos técnicos, y claro, en el Ministerio de Fomento no están por dar dinero al Gobierno Autónomo hasta que esos proyectos no se presenten, sobre todo (siempre según fuentes del PP canario (Antona y Roldos, por ejemplo) el Gabinete de Clavijo, en los dos últimos años, no ha sabido gastar el dinero que le han mandado de la capital del Reino para ejecutar determinados proyectos, por una palpable incapacidad de gestión.
Eso es así y que no nos vengan con cuentos chinos de echarle siempre la culpa a Madrid, como es habitual en estos nacionalistas que llevan gobernando las Islas desde hace treinta y cinco años, para echar balones fuera e intentar hacer creernos que no llegan los fondos económicos desde la Administración Central, porque el Gobierno del PP margina a Canarias.
Este Ejecutivo de Clavijo está muy verde y no sabe negociar con el Estado. Ya Nueva Canarias (Román Rodríguez y Pedro Quevedo) dejó en ridículo a CC con el aumento de las subvenciones al transporte de pasajeros y mercancías, hace tan solo unos meses, porque supo gangochear con Rajoy el apoyo a su investidura, mientras que a la diputada de Coalición, Ana Oramas, solo le preocupaba el apoyo del PP nacional para que su ahijado político siguiera como presidente de Canarias.
En los años setenta, en la etapa final de la dictadura, presidente del Cabildo tinerfeño como José Miguel Galván, Rafael Clavijo o Andrés Miranda iban entonces a Madrid a pedir obras para la Isla, pero antes encargaban a los técnicos de la Corporación insular o externamente a una empresa especializada la elaboración de los oportunos proyectos, y antes de que el ministro de turno preguntara por ellos, ya tenían la documentación en sus despachos. Así se hicieron el Hospital General y Clínico (hoy llamado HUC), la primigenia Autovía del Sur (hoy Autopista), media docena de puertos menores en las islas de esta provincia (Valle Gran Rey, Tazacorte, Los Cristianos, La Restinga, Alcalá, etcétera) y numerosas vías terrestres. Y así se asfaltaron numerosas pistas rurales de la mano de Luis Mardones, cuando presidió el IRYDA, el instituto estatal de desarrollo agrario.
En fin, amables lectores, ¿Qué más quieren que les apunte? Hasta otro día.