13.12.2018. Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
No es que ahora me haya vuelto de repente más nacionalista que nadie, pero es evidente que Madrid nos toma el pelo a los canarios, al Gobierno Autónomo y a los dirigentes políticos de las Islas y da igual que el Consejo de Ministros esté formado por hombres y mujeres del Partido Popular o del Partido Socialista, porque desde el Palacio de la Moncloa nos siguen viendo como un territorio alejado, ajeno incluso al propio Estado Español, cuando en realidad somos una región ultraperiférica de la Unión Europea y debemos recibir un trato exquisito y diferenciado por parte de las Administraciones públicas.
La especificidades y singularidades del Archipiélago no son un capricho de sus habitantes y como se trata de un territorio especial y diferenciado del viejo continente, en las Islas hay necesidades distintas y distantes, que no se tienen en cuenta desde Madrid, unas veces, ni desde Bruselas, otras.
Ahora se ha vuelto a aplazar, por enésima vez, la firma del convenio de carreteras entre el Estado y Canarias, por parte del ministro de Fomento de turno, que en este caso es el señor Ábalos, que parece más preocupado por invertir dineros de su departamento en otras regiones del país, porque el Archipiélago parece no entrar en sus previsiones y menos aún en lo referente a vías terrestres interurbanas, porque aquí no hay problemas de circulación ni de tráfico rodado de automóviles.
Claro, que también es verdad que estas continuas tomaduras de pelo se producen porque ni el actual Gobierno de Canarias ni los anteriores se han ganado nunca el respeto de la Administración Central, y jamás un presidente autonómico ha tenido las suficientes agallas (por no escribir otra cosa) para dar un golpe enérgico sobre la mesa de más de un ministro y decir a la cara que "ya basta de ningunear a Canarias".
Es posible, además, que a los dirigentes de CC, a la hora de la verdad, no les interese enfrentarse con Madrid y reclamar lo que es justo, para poder luego echarle la culpa de todos los males de las Islas al Gobierno Central, que aquí nos conocemos todos. Y el que no corre vuela, sobre todo a cinco meses de la próxima cita electoral. Que el niño no es tonto, aunque lo parezca.