16.09.2018. Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Aunque poco le importe a los actuales jefecillos de Coalición Canaria (entiéndanse Anita Oramas, Fernando Clavijo y José Miguel Ruano, entre otros) los viejos leones de la antigua ATI (Agrupación Tinerfeña de Independientes) se sienten muy dolidos con las "nuevas" figuras de CC, entre otras cosas porque han sido metidos en el cuarto de los ratones y ya no se cuenta con ellos.
Convocados, según tengo entendido, por Ricardo Melchior (ex-presidente del Cabildo de Tenerife y hasta hace muy poco presidente de la Autoridad portuaria en esta provincia) y al que ni siquiera le han agradecido los servicios prestados, se reunieron una docena de antiguos alcaldes de la "verdadera y auténtica" ATI en un coqueto restaurante de Valle de Guerra ("La Tasquita de Carol"), en las afueras de La Laguna, para despotricar de la actual dirección de CC, que no cuenta con ellos para nada.
En ese cónclave se dieron cita los antiguos alcaldes Isaac Valencia (La Orotava), Vidal Suárez (Tegueste), el gran Lorenzo Dorta y Ramón Miranda (Garachico), Manuel Reyes (San Juan de la Rambla), Hermógenes Pérez (Tacoronte), Pedro Reyes (Guía de Isora), Ricardo García (Santa Úrsula), Faustino Alegría (El Tanque), Eladio Morales (Arico), Pedro Hernández (Fasnia) y Alberto González Reverón (Arona), quienes en el transcurso del ágape mostraron su lógico malestar porque se les ignora desde la actual dirección del partido, cuando la mayoría de ellos gozaron de mayoría absoluta en sus respectivas corporaciones y pueden aportar su experiencia en determinadas decisiones.
Los allí reunidos, al parecer, mostraron asimismo su disgusto por el descenso continuado de apoyo popular a CC y se mostraron claramente resentidos por el evidente ninguneo que reciben ahora por parte de quienes cortar el bacalao en el partido.
No sé si aquella fue una reunión en el cementerio de los elefantes, como me comentó un dirigente nacionalista de manera sarcástica, pero lo cierto es que los asistentes a la tasquita de Valle de Guerra tienen toda la razón en sentirse desplazados y dolidos. Por desgracia, así es la vida. Y en política la crueldad está siempre muy presente. Sinceramente, lo siento por ellos.