12.09.2017. Redacción / Opinión.
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Si hay un colectivo, entre otro, que merece nuestro reconocimiento social es el de los sufridos médicos de familia de los distintos centros de salud del SCS, así como los numerosos profesionales de la Sanidad pública que desarrollan su labor en los CAE (centros de atención especializada), en unas condiciones generalmente muy lamentables.
Ese reconocimiento me apetece hacerlo porque la inmensa mayoría de los galenos que trabajan exclusivamente para la Sanidad pública manifiestan una verdadera vocación al servicio de personas enfermas, sin un mayor interés crematístico que el de sus propios emolumentos, porque anteponen sus conocimientos a una ambición material y dineraria que podrían ver satisfecha con su dedicación a la medicina privada, en consultas particulares, donde ciertamente algunos médicos no se ruborizan por cobrar en un solo día cientos de euros, a costa del sacrificio económico de unas personas que, en la mayoría de las ocasiones no poseen los recursos necesarios y que tienen que privarse de algunas cosas para que lo vea un especialista.
Los médicos de atención primaria y de centros de atención especializada en este Archipiélago están saturados, tiene que soportar una enorme presión laboral y muchos soportan un estrés emocional y manifiestan su impotencia y su enfado por tener que ver a decenas pacientes en unas pocas horas, circunstancia que también ocurre en las dependencias de las consultas externas de los cuatro grandes hospitales de referencia existentes en las dos Islas centrales y más pobladas de Canarias.
Ellos representan la columna vertebral de la asistencia sanitaria y el Gobierno Autonómico y la Administración regional, de los que dependen, podrían ir planteándose establecer un sistema de trabajo que, garantizando una base fija de sueldos para los médicos, se rigiera por la consecución de objetivos y la correspondiente complementación salarial con diversos incentivos, para dar a cada profesional una cantidad económica acorde con la dedicación y esfuerzo de cada profesional, porque como en todo rebaño, siempre hay alguna oveja negra, que se escaquea de sus obligaciones laborales, mientras otros compañeros apechugan con una tremenda carga laboral, prolongan sus horarios de consultas y, al final, terminan cobrando lo mismo todos los meses que otros y caraduras, que haberlos, haylos, como suele decirse.
Ese sistema de retribuciones en función de los resultados es usual en muchos países de nuestro entorno y ya se ha puesto en marcha en muchos centros sanitarios y clínicas privadas. ¿Por qué no implantarlo en la Sanidad pública canaria? Creo que no sería una mala idea...