Los gorrillas intimidadores

25.05.2019 | Redacción | Opinión

Por: Rafael J. Lutzardo Hernández

Un año más, los gorrillas intimidadores siguen haciendo de las suyas en la zona del aparcamiento público que se encuentra próximo al Hospital Universitario de nuestra Señora de La Candelaria (Hunsc); exigiendo una cantidad de dinero por aparcar y vigilar los coches. De no aceptar el propietario/a del vehículo el chantaje de los gorrillas, los coche son seriamente dañados por estos intrusos impertinentes.

Es por ello, que la gran mayoría de los comentarios hacen referencia al “miedo” de que les dañen sus vehículos, por lo que acaban pagando. Del mismo modo, hace tiempo, muchas personas también se quejaban de que proliferan los gorrillas en lugares como el Parque Marítimo, en el que hasta hace bien poco no había aparcacoches y que en las últimas semanas habían hasta cuatro personas desempeñando estas funciones. Actualmente, muchos de los lectores admiten que sufren coacciones, como, por ejemplo, la que relata una usuaria a la que amenazaron con romper su coche por advertir a unos turistas que no tenían obligación de pagar por dejar ahí su vehículo, tal y como le exigía uno de los gorrillas.

Ni que decir, tiene, que estas coacciones por parte de estos gorrillas ilegales ya viene de otra época, donde agentes de la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife tuvieron que intervenir en la zona del aparcamiento público que se encuentra próximo al Hospital Universitario de Nuestra Señora de La Candelaria (Hunsc). El objetivo no era otro que el control de los llamados gorrillas ante la intimidación denunciada por los usuarios de los mismos.

Los resultados de ese operativo municipal, que constan en las diligencias policiales, fue la identificación de seis de ellos, de edades comprendidas entre los 33 y los 59 años de edad, que se dedicaban a realizar labores de aparcacoches en esa zona.

En la actualidad, los gorrillas que “trabajan” de forma ilegal en las proximidades del Hospital Universitario de nuestra Señora de La Candelaria (Hunsc); siguen haciendo de las suyas. Es decir, amedrentando y chantajeando a las personas que van a ver o recoger a sus familiares al citado centro hospitalario de la capital tinerfeña; dañando sus vehículos de forma brutal y descarada.

Los ciudadanos pagan sus impuestos para que sus derechos sean atendidos y respetados, pero al parecer el ayuntamiento capitalino parece no darse cuenta de esta triste realidad chantajista por parte de las señalados gorrillas. Así pues, es hora de que el ayuntamiento capitalino tome carta en el asunto y que la Policía Local intervenga para acabar con estos amedrentadores chantajistas, los cuales no muestran un respeto a la ley y a los derechos de los ciudadanos.

Imagen: Rafael J. Lutzardo Hernández

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