29.11.2017. Redacción / Opinión.
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
La población envejece y cada día vivimos más años, por lo que proliferan los abuelos y las abuelas, que paradójicamente están ejerciendo de sostenes imprescindibles en la sociedad moderna y cruel que nos ha tocado vivir.
Los actuales abuelos son unos privilegiados porque han vivido, en general, más años de los esperados (bueno, muchos aspiramos de alguna u otra forma a ser eternos, aunque sea un sueño imposible), pero yo diría también que pertenecen a unas generaciones bastante sacrificadas.
Me explico: hace varios decenios, lo normal era que los hoy abuelos, compartieran muchas veces estudios con trabajo y algunos hasta tuvieron que renunciar a cursar una carrera universitaria por necesidades económicas y porque había que ayudar a la unidad familiar. Y ahora, que son pensionistas y deberían disfrutar del último tramo de su existencia, se han visto obligados, por esta maldita crisis, a arrimar también el hombro y ayudar a sus hijos y nietos.
Paradojas de la vida. Dicen que estamos alcanzando el estado del bienestar. Pero, ¿realmente estamos progresando o en un periodo de clara regresión social? He ahí la cuestión.
Un breve homenaje personal a los abuelos actuales. Nada más.