05.02.2019 | Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Estamos asistiendo al cierre definitivo de varias librerías tradicionales en el Archipiélago porque los habitantes de Canarias no leen libros (estamos a la cola del país, como en casi todo) y porque los pocos que practican esta buena costumbre acuden cada vez más a los textos de determinadas obras por vía informática, a través de la Internet, lo que hacen que estas tiendas especializadas se vean abocadas a bajar las puertas de los respectivos locales para no abrirlas más. Qué pena. "La Isla", en la calle Robayna de la capital tinerfeña, ha sido noticia en los últimos días porque ya ha anunciado su despedida. La mitad de los canarios no han leído un libro nunca.
Por si no se han enterado aún, Canarias cerró 2018 con el segundo índice de lectura más bajo de España, al computar un 56,7 % que superó solo al de Extremadura, del 52,2 %, según un estudio publicado por la Federación de Gremios de Editores de España.
El informe, dado a conocer recientemente, detalla que el Archipiélago se mantuvo en ese penúltimo puesto registrado el año anterior. En el conjunto de España aumentó moderadamente de 2017 a 2018 el porcentaje de los ciudadanos que se declaran lectores, hasta situarse en el 61,8 % de la población, conforme al estudio de la FGEE, cuyos directivos presentaron este estudio, un termómetro de la situación de la lectura en España, en un acto al que asistió el ministro de Cultura y Deporte, José Guirao, que indicó que "queda mucho por hacer". "La lectura no está consolidada, el hábito lector está por debajo del nivel de progreso de España y de la posibilidad de acceso a la cultura", subrayó el presidente de los editores, Miguel Barrero.
La falta de tiempo sigue siendo el principal argumento de los no lectores para explicar su falta de hábito (49,3%), indicó Barrero, que ha destacado la necesidad para realizar políticas específicas para los segmentos de la población que tienen más déficit de hábitos lectores y recalcó la necesidad de poner en marcha medidas para evitar la deserción "espectacular" de la lectura a partir de los 15 años o las desigualdades que se producen entre el sur de España, con menor índice, y el centro y el norte.
El estudio destaca también que existe un mayor porcentaje de lectoras de libros en tiempo libre que de lectores en todos los grupos de edad, con más de un 67 por ciento.
Respecto al perfil del lector digital, el estudio muestra que es un lector más intensivo, lee una media de 13,2 libros al año, frente a los 11,2 del lector que sólo lee en papel.
El 79 % de los libros digitales leídos en el último año se obtuvieron sin pagar, ya que únicamente un 21 % de los entrevistados señalaron que obtenían libros digitales pagando por ellos. Para Guirao, la "bondad" de los datos sobre el aumento de los lectores no debe nublar el análisis crítico de la situación de la lectura en España, ya que cerca de un 40 por ciento que no lee en ninguna circunstancia y eso "es un problema muy grave sobre el que hay que trabajar".
El primer gran esfuerzo, ha dicho el ministro, debe ir hacia esas capas de no lectores, que tienen también que ver con la diferencia entre el medio urbano y rural y el acceso a bibliotecas que, conforme se va reduciendo el número de habitantes de las poblaciones es más difícil.
Por eso, Guirao ha dicho que habrá que implementar políticas de promoción de la lectura y mejora de las infraestructuras para facilitar su acceso.
Imagen de archivo: clubcanarias.com | CEDIDA