22.12.2018. Redacción | Opinión
Por: Rafael J. Lutzardo Hernández
Sorprendente y triste la noticia que publicó el pasado, miércoles, día 12 del presente mes de diciembre 2018 el Diario de Avisos, en cuyo titular reflejaba: Canarias deberá devolver a las arcas del Estado parte del dinero para la pobreza. Mientras tanto, y por estas fechas navideñas, las clases políticas de Canarias posan en las portadas para inaugurar el Belén en el Parlamento de Canarias, al margen de otros municipios de las islas. Sinceramente, la impotencia me invade cuando no se sabe gestionar un dinero que va destinado a las personas pobres. Describe muy bien el periodista del Diario de Avisos, Moisés Grillo, que el retraso en la ejecución de los fondos destinados a la lucha contra la pobreza en canarias, con cargo a los Presupuestos Generales del estado (PGE) de 2017, obliga a los ayuntamientos a devolverlos al Estado con intereses, ya que no lograron gastar ni el 50% de los seis millones de euros destinados a reducir la exclusión social en las islas, una de las más altas del país.
Que pena que los responsables de los distintos ayuntamientos del Archipiélago canario se hayan dejado dormir por no decir que no han sabido gestionar una partida presupuestaria destinada a la lucha contra la pobreza en Canarias. Un dinero que se ha perdido cuando más falta le hace a la clase más desfavorecidas de Canarias, sobre todo teniendo en cuenta que en estos momentos el índice de pobreza en Canarias está entre los más alto de España. Es decir, el riesgo de pobreza o exclusión social en canarias es del 40,2%, el segundo más alto de España tras Extremadura -44,3% y lejos de Navarra, que es la que tiene una tasa más baja, con el 13,5% y de la media nacional, que está en el 26,6%, según informe de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en España.
Un año 2018, que a punto está de concluir con un balance negativo en cuanto a la gestión de llevar a cabo la responsabilidad de distribuir el dinero entre las clases sociales más pobres de Canarias. Seguramente, ningún político, personal de confianza y técnicos del Gobierno de Canarias, ayuntamientos y Cabildos, se priven de suculentas comidas institucionales. Mientras que muchos pobres vagaran por las calles y barrios, con el objetivo de revolver en los contenedores de basuras para poder llevarse algo a sus estómagos. Aunque la clase política diga que en Canarias la pobreza está limitada, aún quedan muchas familias exentas de productos básicos importantes, pese a que muchas de ellas recogen una bolsa de comidas a través del Banco de Alimentos.
Treinta millones de euros que se pueden perder de los Presupuestos estatales del presente año, aunque la clase política intente transmitir a la sociedad canarias un mensaje positivo de que no se perderán. Una gestión, con un examen de suspenso total para los responsables de llevar a cabo el mencionado proyecto presupuestario para la lucha contra la pobreza en canarias. Mientras tanto, el pobre seguirá siendo más pobre y desprotegido de sus derechos. La clase política, más torpe y sin capacidad para gestionar lo que no saben llevar a cabo, perjudicando a los más desfavorecidos. Sin embargo, sin saben subvencionar a determinadas ONGs sin comprobar si ese dinero ha llegado a su destino y los proyectos se han consolidados.
Imagen: Persona buscando comida en los contenedores de basura