La Palma: estamos contigo

25.09.2021 | Redacción | Opinión

Por: Rafael J. Lutzardo Hernández

No es un volcán casual, y tras una semana de actividad sísmica creciente, entró en erupción el pasado domingo, 19 de septiembre de 2021. Los geólogos vigilaban desde hace días al monstruo viviente impredecible que había rugido por última vez hace 50 años de la última erupción de Cumbre Vieja en La Palma. Medio siglo después, el volcán más activo de Canarias -con permiso de El Teide- mantiene en vilo a los habitantes de cuatro municipios de esta maravillosa isla de 85.000 habitantes, desde que el sábado 11 de septiembre del presente año comenzara una nueva oleada de terremotos que culminó el pasado domingo con una gran erupción.

Por otro lado, señalar que la mayoría de los sismos registrados a lo largo de la semana fueron de baja magnitud, provocados por la acumulación de 11 millones de metros cúbicos de magma que intentaba salir a la superficie. Sin embrago, desde la madrugada del sábado, 18 de septiembre al domingo, 19, nuevas réplicas de hasta 3,8 de magnitud provocaron que el volcán entrara finalmente en erupción en torno a las 15:15 del domingo. Ni que decir tiene, que la aparición de este nuevo volcán que aún no tiene nombre, en este comienzo de siglo XXI, ha motivado que los habitantes de la Isla Bonita, junto con el resto del Archipiélago Canario, motiva sentirnos apesadumbrados, acompañados por lágrimas de dolor e impotencia ante el estrago tan grande e irreparables que viene haciendo los tentáculos de esta diez bocas volcánicas que siguen vomitando magma, cenizas y lava, destruyendo todo lo que encuentra a su paso.

La erupción del volcán Cumbre Vieja de La Palma ha arrasado con la vida y recuerdos de miles de vecinos. La lava ha destruido total o parcialmente unas 200 casas y 6.000 personas han tenido que ser evacuadas.

El magma y la lava fundida han dejado a su paso imágenes espectaculares pero también mucho desolación, impotencia y tristeza. "Se ha llevado toda mi vida, todos mis recuerdos. El fuego se tragó mi casa, cuando vengan mis hijas no tengo dónde meterlas", explica entre lágrimas Jessica, vecina del pueblo de Los Llanos (uno de los más afectados por la erupción) a un equipo de Antena 3 Noticias.

Sin duda, no se puede describir el dolor, la rabia e impotencia de tantas personas que han visto como han perdido sus casas y sus tierras agrícolas; junto con una flora natural. Unos sueños perdidos de tantos años de sacrificios y de ilusiones. Eso solo lo comprenden las personas afectadas. Cierto es, y ante esta desgracia provocada por la fuerza de la naturaleza, destacar que La Palma no esta sola. La Isla Bonita se siente arropada, acompañada por la solidaridad y sensibilidad de todo el Archipiélago Canario. Incluso, desde muchos puntos de la península ibérica.

Por otro lado, y de ello estoy seguro, no hay volcán en el mundo, por mucho magma, ceniza y lava que vomite, pueda acabar con la moral y la belleza de las isla de La Palma. El canario, como decía en otra época Fidel Castro, es un hombre trabajador, disciplinado y duro. Y no se equivocó. Los canarios estamos hecho de otra casta. Ni mejor ni peor que otros habitantes del mundo, pero si somos muy especiales a la hora de adaptarnos a cualquier terreno, país y circunstancias. Es por ello, tengo la esperanza y la ilusión que nuestros hermanos los palmeros, junto con el apoyo gubernamental regional, estatal, con la sensibilidad, solidaridad y fuerza de todos aquellos que representamos al archipiélago canario, saldrá de esta difícil y comprometida situación.

Haciendo un poco de historia, y por lo que he podido recabar de de algunas fuentes de los archivos referente a los volcanes que han aparecido a lo largo de la historia de la Isla Bonita, decir que la isla de La Palma es la que cuenta con un mayor número de erupciones históricas, además de ser la isla donde tuvo lugar la penúltima manifestación volcánica. La primera en la isla palmera,  corresponde más a erupciones prehistóricas que históricas. Se trata de la de Montaña Quemada. Tuvo lugar entre 1470 y 1492. Durante años se pensó que las crónicas de Torriani correspondían a esta erupción, pero la teoría ha sido refutada por dataciones posteriores.

El volcanismo histórico en La Palma propiamente dicho comienza en 1585. En este año se produce la erupción del Tahuya, caracterizada por la aparición de enormes bloques que reciben en la actualidad el nombre de Agujas de los Roques de Jedey.

Posteriormente se producen otras erupciones volcánicas en la Isla. En 1646 el volcán de Tigalate. En 1677, el de San Antonio, en donde una de sus bocas eruptivas sepultó la conocida como Fuente Santa. En 1712, fue el volcán de Montaña Lajiones o El Charco el que entró en erupción en la zona suroeste de la Isla.

En 1949, entra en erupción el volcán de San Juan. La noche del 24 de junio apareció el primer cráter sobre la dorsal de Cumbre Vieja, que fue bautizado como el del Duraznero. Unas dos semanas después, en el lugar conocido como Llano del Banco, se abrió una grieta a ras de superficie, de la que salieron dos ríos de lava que alcanzaron la costa occidental. Estos ríos, al llegar a la ermita de San Nicolás, se bifurcaron, lo cual fue atribuido a un milagro. El 13 de julio, surge la boca de Hoyo Negro, que provocó una lluvia de azufre y cenizas sobre Los Llanos de Aridane.

El penúltimo volcán de las Islas, el Teneguía, entra en actividad en 1971, en el extremo sur de la isla y sobre las lavas del volcán de San Antonio. Muchos de sus materiales son vertidos al mar, ganando de esta formar terreno a éste.

Imagen: La Palma

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