La mortalidad de las listas de espera

24.05.2018. Redacción | Opinión

Por: Paco Pérez

pacopego@hotmail.com

No creo que la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias tenga datos concretos sobre la cantidad de pacientes que han muerto en las Islas esperando a ser intervenidos quirúrgicamente o a ser vistos en una consulta por un médico especialista, pero sería fácil de averiguarlo si cuando llaman a un enfermo a su domicilio y un familiar del mismo contesta que "ya ha fallecido, gracias", esa respuesta se reflejara en las órdenes de citación y luego se registraran en una estadística.

El hecho de que decenas de personas se han ido de este mundo sin ser tratadas adecuadamente no solo lo dice uno por decirlo, sino que es una realidad palpable, ratificada estos días por alguien tan poco sospechosos como un ex-director del propio Servicio Canario de la Salud, el doctor Antonio Cabrera, un médico de reconocido prestigio, que ha manifestado en un vídeo difundido en las redes sociales en el que subraya que las listas de espera de la sanidad pública en Canarias han matado a personas.

El doctor Cabrera no duda en afirmar que esas interminables listas se acabarían dotando a los hospitales de más medios y de más personas, contratando más médicos y más enfermeras, para evitar que al final tengamos hospitales públicos para beneficencia de los pobres, mientras las clases medias se vean obligadas a contratar seguros privados.

¿Qué hace falta, pues? Muy sencillo: dinero. Más presupuesto del dinero de todos. Más partidas económicas específicas para la sanidad pública canaria. No podemos seguir teniendo servicios esenciales que no dan abasto a la demanda de la población, ni deberíamos permitir que el Gobierno de Canarias destine todos los años cientos de millones de euros a hospitales y clínicas privados por gusto y por favorecer determinados intereses de empresas que negocian y ganan dinero por curar a personas enfermas.

Esta ha sido una práctica habitual de los gobiernos de Coalición Canaria a lo largo de los últimos cuarenta años de la historia de este maltratado Archipiélago. Sus líderes y presidentes y sus consejeros de Sanidad han sido los principales responsables de este caos, pero no deben mirar para otro lado los responsables del PSOE canario ni del Partido Popular en las Islas, que han sido cómplices directos de haber llegado a esta situación vergonzante de política sanitaria pública.

Se tira el dinero en las concertaciones con las clínicas, mientras los centros y hospitales públicos están infradotados de medios materiales y humanos. El peso laborales de los empleados sanitarios públicos en Canarias es tan brutal que ha llegado al limite y eso, señores responsables de los tres principales fuerzas políticas canarias, repercute también en la calidad asistencial.

Pero no importa explotar al personal, malgastar millones y millones de euros en convenios con intereses privados por medio, ni colaborar en el aumento de las cifras de pacientes que mueren mientras esperan ser operados o están pendientes de pruebas diagnósticas. ¿A quién le va a importar eso? ¡Qué pena¡

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