La estúpida moda de amontonar piedras

06.08.2018. Redacción | Opinión

Por: Paco Pérez

pacopego@hotmail.com

Ahora a algunas personas les ha dado por amontonar y apilar piedras en determinados lugares de las Islas y, en particular, hacer torres de callaos en las playas y costas del Archipiélago, como una especie de rito extraño, que no es más que una absoluta estupidez.

Según prestigiosos biólogos y naturistas esta moda de hacer montones de piedras perjudica a la flora y la fauna isleñas, además de distorsionar nuestro peculiar paisaje y también deja el suelo expuesto a fuertes vientos, a la escorrentía de aguas superficiales y a la evaporación.

Además desprotege la vegetación de nuestro litoral, más expuesta a vientos marinos intensos, que transportan salitre y modifica el hábitat de nuestra fauna, en muchas casos endémica, sobre todo de pequeños animalitos e insectos.

Esta moda tan curiosa como irracional altera, en definitiva, el equilibrio ecológico de los entornos naturales de interés comunitario, protegidos por la normativa 92/43 de la Unión Europea, porque deja igualmente una profunda huella por la acción del hombre en paisajes naturales, muchos de ellos aún vírgenes.

Debido a su supuesta ignorancia, estos montones de piedras, llamados "hitos", sirvieron en el pasado para delimitar propiedades privadas rurales y también para señalizar nuestros caminos, con el fin de orientar a los transeúntes.

Creo que el Gobierno de Canarias y las consejerías de medio ambiente de los Cabildos Insulares debían prohibir esta actividad y establecer una normativa al respecto, que incluyera el establecimiento de fuertes sanciones económicas a quienes practiquen esta extraña actividad de ocio, que perjudica a todos nosotros.

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