Marisa Ruiz Asensio31.01.2017. Redacción
Por: Marisa Ruiz Asensio
Nunca entendí el absurdo "deporte" de la caza porque jamás asimilé que matar animales pudiera considerarse como un hobby. Intento hacer uso de la empatía para lograr comprender a las personas que se dedican a cazar pero no lo consigo, no asimilo esos gustos, ese ansiado deseo de ver como un animal sufre, como agoniza, como se desangra, como se apaga la luz en su mirada y se tornan sus ojos anhelando la vida que le están arrebatando, como su aliento deja paso a la muerte, una muerte que ha sido provocada solo para el disfrute y goce de una persona carente de sentimientos.
Es inconcebible que en pleno siglo XXI, en vez de avanzar, nos anclemos en pleno Medievo y existan personas que se armen con escopetas con el único objetivo de matar a inocentes animales solo por diversión. Mi paciencia se colma cuando aprecio la existencia de seres cavernícolas y jurásicos que se creen importantes o valientes solo por ir armados, por tener el objetivo de asesinar y considerar esa muerte como un juego. No, lejos de ser valientes lo que demuestran es una cobardía feroz, una inseguridad extrema y un ego que pronuncia aun más su psicosis. ¿Monstruo? Es posible que sea una definición óptima para aquellos que matan por placer mirando a los ojos, unos ojos que piden clemencia, unos ojos que muestran su miedo, unos ojos que ruegan porque no le roben su vida, unos ojos que adquieren un brillo extremo hasta desembocar en la tan inaceptable muerte.
Es posible que cazar animales sea un ejemplo de que ciertas personas necesitan demostrar su dominio sobre otras y muchas investigaciones demuestran que existen niveles crecientes de hostilidad y que la necesidad de poder y control están asociadas con unas actitudes nefastas hacia los animales.
En la actualidad hay personas que cazan y pescan para vivir y eso es algo que puede tener cierto sentido pero cuando se hace por diversión se puede entender una conexión entre herir a los animales y una violencia extrema hacia el ser humano y el mundo en el que habita, un deseo dormido de destrucción hacia todo lo que tenga vida por lo que se podría decir que son personas con un perfil psicológico que roza la esquizofrenia, aunque no se plasme en su realidad de este modo o no se percate a simple vista esta enfermedad.
En 1970 un grupo de psicólogos realizó un estudio en el que las investigaciones ejecutadas supusieron que un gran número, por no decir la mayoría, de personas que cometieron crímenes violentos tuvieron una infancia y adultez plagada de violencia hacia los animales. Según el psiquiatra forense John MacDonald la conocida como "Triada homicida" en la adultez de una persona se basa en: La iniciación de incendios, orinarse en la cama tras haber cumplido los cinco años y la CRUELDAD ANIMAL (en lo que incluiríamos la caza por diversión). Según otro artículo, la persona que no caza por supervivencia y lo hace como un juego se puede asociar a lo que en psicología se llama "Tríada Oscura" y define al cazador con los siguientes rasgos: Narcisismo ( administración egoísta de atributos y adjetivos positivos a su persona además de falta de empatía y compasión por los demás), Maquiavelismo (comportamiento y actitud engañosa, manipulación y astucia) y Psicopatía (Falta de remordimiento y tendencia al comportamiento violente e impulsivo).
¿Estamos seguros con una parte de la población que dedica su tiempo libre a matar animales para divertirse? ¿Dispararían su arma los cazadores contra una persona si se cruza en su camino queriendo evitar la muerte de un animal?¿Cuál es el umbral que deriva a un cazador a la locura? ¿De qué grosor es el hilo del que pende la cordura y el razonamiento lógico de alguien que ve la muerte como un trofeo?
*Para aquellos que ya estáis poniendo el grito en el cielo diciendo que generalizo, vale, no lo hago, me refiero a ese……90% o 95% de cazadores que actúan tal y como digo y se ciñen al perfil psicológico que he dado salvando al otro 5% o 10% , y he sido generosa.
Fotografía por: Ray Hennessy
