Jerga Médica y Periodismo Científico

 

19.05.2024 | Redacción | Opinión

Por: Antonio Alarcó Hernández

Catedrático de Cirugía

Presidente de la Cátedra de Telemedicina, Robótica y Telecirugía de la ULL.

Doctor en Ciencia de la Información y Sociología.

Exsenador y Portavoz de Sanidad.

Antes de desarrollar este artículo, nos gustaría convenir con todos ustedes que, para nosotros, la lengua (la expresión) es un instrumento fundamental de comunicación con un carácter incluyente y nunca excluyente. Y todo esto toma más valor en el lenguaje médico, no para médicos (la mayoría), lo que se denomina clásicamente “jerga médica” y en la transmisión de la ciencia, no para científicos (periodismo científico).

Entendemos por jerga médica, que generalmente separa y distancia, a una variedad lingüística en la que se utiliza un lenguaje más especializado en un área concreta que lo que suele utilizar en lenguaje estándar.

Mayoritariamente, la jerga médica es el lenguaje que utilizamos los sanitarios entre nosotros, que también se refleja en los expedientes escritos y que, equivocadamente, lo utilizamos con los propios pacientes. Creemos importante distinguir tres tipos de jerga: la jerga de oficio, entre profesionales (abreviaturas o vocabularios más específicos), la jerga eufemística, usado entre profesionales, los pacientes y con familiares (suelen ser términos de gran informalidad) y jerga formal donde se trata de puro tecnicismo, luego son términos médicos.

Los profesionales sanitarios hemos desarrollado una propia jerga de modo natural, que hoy en día, solo se puede justificar para “hacerlo entre nosotros”.

La información al paciente y a la familia (cuando nos autorizan), es un derecho y además imprescindible para la participación del paciente en su proceso curativo. Luego NO a la jerga médica como instrumento excluyente.

Otro punto, es el obligado periodismo científico que, por cierto, publicamos un libro sobre ello en el 2005 cuyo título es “Periodismo Científico en la Prensa. Aspectos de Biomedicina” (colección canaria-comunicación. Primera edición 2005) que es de obligado desarrollo ya que no existe una buena sanidad sin los medios de comunicación. Para buscar la imprescindible “complicidad” de los ciudadanos (pacientes-enfermos). Fue producto de nuestra tesis doctoral en ciencias de la información.

Para comprender el periodismo científico habrá que remontarse a los comienzos del siglo XIX cuando de verdad se hermanan la ciencia, la literatura y la divulgación científica.

Hoy vivimos (y eso es muy bueno), muy alejados del oscurantismo y el paternalismo de los médicos (sanitarios).

Se exige a los enfermos que decidan sobre sus enfermedades y que firmen como condición previa cualquier tipo de intervención médico-quirúrgica el consentimiento informado.

Un grado de cultura médica es imprescindible (creemos que debe ser obligado introducir una asignatura sobre la salud en las escuelas), para la población general, para que los ciudadanos prevengan enfermedades y los pacientes reconozcan sus dolencias, tomen decisiones y participen en el proceso curativo.

La ciencia que no se entiende (la medicina), ni es ciencia ni es nada y sigue ocurriendo con demasiada frecuencia por utilizar vocabulario inadecuado, jergas y terminología no correcta.

En definitiva, NO a la jerga médica como relación con el paciente y SÍ al periodismo científico como instrumento imprescindible para el conocimiento de conceptos científicos una vez desprovisto de tecnicismos y SÍ a la mejora de la comunicación comprensible y efectiva entre profesionales y pacientes, entre profesionales y profesionales y entre la ciencia y la población mayoritariamente no científica.

El desarrollo de empresas periodísticas y profesionales que se formen sobre la ciencia (Sanidad), es clave.

La ciencia y las sociedades científicas tienen la obligación de estar en las redes para luchar contra la pseudociencia que tanto daño hace y que no aporta ningún beneficio.

 

Suscríbete a nuestro Podcast



Buscar en Tagoror