08.02.2018. Redacción / Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Titulo este comentario parodiando aquel fado del recordado cantante andaluz Carlos Cano llamado "María la portuguesa", porque ahora la diputada de Podemos que habla normalmente en el Congreso y que se llama Irene Montero, se ha inventado un termino no contemplado por la Real Academia Española de la Lengua: "portavoza".
Esta niña revolucionaria no sabe o no quiere saber que en castellano existe un sustantivo epiceno, que se refiere a los vocablos de seres vivos sexuados que presentan un único género gramatical (ya sea masculino o femenino), que es inherente, porque su concordancia de sexo se establece siempre por el adjetivo o artículo referente que le precede: la juez, el juez; el bombero, la bombero.
Estas políticas de nuevo cuño están empeñadas en afirmar que la lengua castellana es tremendamente machista y que es necesario "avanzar en la igualdad entre mujeres y hombres". Según doña Irene, distinguir los sexos al referirnos a los oficios en nuestro idioma "es una manera de visibilizar (sic) a la mitad de la población que ha sido 'invisibilizada' (sic) después de demasiados siglos de usar el lenguaje como instrumento para perpetuar el machismo en la sociedad...". Y se queda tan contenta.
Habría que irle buscando a la activa portavoz de Podemos un sillón "Ch" (de machanga) en la Real Academia, en pro de la modernización de una de las lenguas más completas y extendidas que existen, para eliminar todas las diferencias sexuales que existen en nuestro habla y acabar con el abuso de los hombres, que se expresan como verdaderos machistas estúpidos.
Por si éramos pocos, parió la abuela, y la señora Montero ha encontrado ya claros apoyos en la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, quien ha afirmado que "hay que desdoblar el lenguaje".
Todas estupideces se las debemos a Felipe González, el ex-presidente del Gobierno español, que en los mítines se dirigía a los asistentes llamándolos "compañeros y compañeras", para dar un realce a para mí absurdo a las mujeres, cuando es una frase mucho más machista, si nos ponemos a analizarla, que la que siempre han usado los oradores al principio de sus discursos, que es la tradicional frase de "señoras y señores".
En esta lucha "antimachista" del español le siguió el juego la que entonces era su esposa, la diputada Carmen Romero, quien en cierta ocasión "patentó" el término "jóvena", en un mitin dirigido a las Juventudes Socialistas, cuando inició su intervención con un "¡jóvenes y jóvenas".
Y tenemos otro ejemplo más reciente, el de la que fue ministra 'zapaterista' Bibiana Aído, que se encargó de la cartera de no sé qué, quien también quiso registrar el vocablo "miembra", para distinguirlo del miembro masculino... digo yo. ¡Ay, qué cosas¡