30.04.2022 | Redacción | Opinión
Por: Rafael J. Lutzardo Hernández
Concluidas las celebraciones de Semana Santa, el mundo sigue su curso natural, pero alterado por las guerras que actualmente siguen activas en muchos rincones del planeta tierra. Concretamente, la que se está desarrollando en Ucrania con las fuerzas militares rusas. Una guerra, que a priori parecía que sería cuestión de días, pero que con el transcurso del tiempo se ha ido dilatando ante la férrea resistencia del pueblo ucraniano y la decepción del genocida de Putín. Sin duda, las guerras lo único que consiguen es cambiar la vida de millones de personas, generar inútilmente las muertes de muchas víctimas inocentes, pero sobre todo saber las clases de personas que las provocan, las cuales carecen de todo tipo de sensibilidad y humanidad. Del mismo modo, no podemos olvidar que hoy Ucrania esta siendo desbastada por Rusia de una manera brutal. Un genocidio que los ojos de Occidente observan desde su estructura como alianza de países de Europa y Norteamérica (OTAN); que solo se limita, junto con EE UU, imponer sanciones, pero impertérrita a la hora de ponerse en acción para ayudar al pueblo ucraniano y frenar la embestida militar que lidera Vladímir Vladímirovich Putin.
Por otro lado, no descubro nada nuevo si escribo que con esta atroz guerra que actualmente se viene desarrollando en Ucrania, el mundo se mantiene en expectante; nervioso y preocupado, especialmente por que ya la historia está contagiada de un pasado triste y desolador como fueron la Primera Guerra Mundial y la Segunda, donde los holocaustos y genocidios fueron tremendamente horribles y despiadados, especialmente por los nazis de aquella época. Guerras, que al parecer no han servido a la humanidad como ejemplos para que no vuelvan a sucederse, pero que algunas potencias mundiales lideradas por líderes fanáticos y asesinos, no parecen importarles lo que sucedió en el pasado. ¿Muchos se preguntan qué pasará si Rusia consigue doblegar al país ucraniano? ¿Intervendrá luego otros países de Europa? Esas son las grandes incógnitas de cara a un futuro incierto, pero lo cierto es que, si ahora Europa no planta cara al ejército ruso, el futuro de la paz mundial está en el aire. Sin duda, Europa o la OTAN, están evitando una Tercera Guerra Mundial, pero si nos damos cuenta podemos intuir que todo hace presagiar que puede suceder en cualquier momento. De momento, ya la tenemos encima con una economía debilitada y con el aza de los precios en todos los productos alimenticios y materias primas. Es por ello, que la estabilidad y la calidad de vida en el planeta tierra tiene que venir por otros derroteros más pacíficos y democráticos. Con las guerras solo se consigue la brutalidad inhumana a través de todos aquellos líderes políticos paranoicos y asesinos de niños/as y mayores. La paz en el mundo deber de ser inquebrantable, respetada, querida y admirada. No podemos permitir que la historia de las guerras bélicas vuelva otra vez al presente. No, basta ya. Hoy es Ucrania, mañana puede ser toda Europa.
Imagen: Planeta