20.04.2018. Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Hay personas a las que se les ocurren cosas muy extrañas, algunas de las cuales terminan saliendo a la luz pública, porque los autores de tales hazañas se ven en verdaderos apuros.
Algunos hombres parecen un poco idiotas al querer experimentar cosas extrañas con sus penes, que tiene su utilidad como miembro viril, capaz de dar placer, y como instrumento necesario para evacuar por vía urinaria todo el líquido sobrante del cuerpo humano.
Últimamente se han producido en nuestro país dos extraños casos. Recientemente, en Asturias, a un joven no se le ocurrió otra cosa que introducir su pito en una caja para después formar un molde, a modo de consolador, llenado el recipiente con hormigón.
Este joven pensó en fabricar estos dildos para satisfacer a sus amigas e incluso para fabricarlos en serie, pero dejó reposar la churra más de lo debido y se le quedó pegada a la masa de cemento, con lo que tuvo que acudir urgentemente a un hospital para no quedarse sin tan importante apéndice masculino.
Otro caso curioso pasó hace pocos días en Alicante. A un hombre ya madurito no se le ocurrió otra genial idea que ponerse una argolla muy apretado en su pito, seguramente para que colaborara a mantener el miembro en forma. Pero lo apretó demasiado y casi pierde su "instrumento", porque el dichoso arito hizo las veces de torniquete y por poco se engangrenó el glande y el resto de la masa muscular.
Menos mal que los bomberos alicantinos fueron prestos y lograron liberar al pobre hombre de la argolla con una sierra de gran precisión, aunque tardaron en realizar la operación en un centro médico unos veinte minutos.
Creo que hay hombres un tanto majaras que se atreven a experimentar con sus pitos sin medir sus graves consecuencias. Por si acaso, con el cariño que le tengo, yo me limito a que el soldadito realice sus funciones, sin extralimitarse. ¡Mucho cuidado con eso¡