04.04.2022 | Redacción | Opinión
Por: Óscar Izquierdo
Presidente de FEPECO
Siempre hemos mantenido la certeza, apoyada por la realidad de los hechos, de que en la isla hermana de Gran Canaria, hay un consenso primordial por sacar adelante los grandes proyectos que benefician a la isla, por encima de intereses particulares, egocéntricos, partidistas o egoístas. Es verdad que, desde allí, algunos dudan de esta interpretación y se dice que no todo lo que reluce es oro, desconfiando de las apariencias, pues lo que parece bueno no lo es realmente. Pero mirándolo desde el exterior, desde la distancia, corroboramos la mayor, es decir, son capaces de planificar, hacer los proyectos, licitarlos, ejecutarlos, inaugurarlos y disfrutarlos.
El ejemplo evidente es el tren. El Cabildo de Gran Canaria, en su sesión ordinaria del pasado mes, por unanimidad de todos los grupos políticos, solicitaron al presidente del Gobierno de Canarias y al Ministerio de Transportes del Gobierno de España, que comenzaran lo más rápido posible, las distintas actuaciones que garanticen la financiación del proyecto, tanto con los fondos europeos correspondientes, como los estatales previstos al respecto. Es decir, acuerdo total, altura de miras, con vistas al futuro desarrollo sostenible de la isla. Esta petición viene avalada por la necesidad de dar respuestas a la congestión preocupante del tráfico que se produce en Gran Canaria y que genera serios problemas en la economía y en la sostenibilidad medioambiental de la isla. La apuesta por el transporte público guiado, como se está haciendo en toda la Unión Europea, es la solución más viable, rápida, económica y de menor impacto medioambiental para el territorio, así lo manifiestan los responsables públicos, de todos los partidos políticos grancanarios.
En febrero de este año y en sede parlamentaria, Sebastian Franquis, Consejero de Obras Públicas, Transporte y Vivienda del Gobierno de Canarias y además, secretario general del PSOE en Gran Canaria, se mostró favorable al tren del sur en Tenerife, manifestando que no se debería renunciar a su construcción y puesta en funcionamiento, ya que es el medio de transporte que mejor lucha contra el cambio climático y no consume más territorio. Además, recalcó que los trenes en ambas islas eran proyectos que estaban maduros y que se podían licitar en menos tiempo de lo que se pensaba. Destacando que sería oportuno que toda la sociedad en Tenerife, fuera en la misma dirección, como ocurre en Gran Canaria sobre este tema primordial.
El presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Victor Torres, también ha tomado partido, con la cautela que se le debe por su cargo, declaró también, el pasado febrero, que veía necesario el tren del sur de Tenerife, pero que, por supuesto respetaba la autonomía de nuestro Cabildo Insular, exponiendo que es una infraestructura necesaria, para acabar con la saturación de tráfico que hay en la isla, con un territorio reducido.
Como se puede observar en Gran Canaria y además, como es lógico, en la actual coyuntura de lucha contra el cambio climático, hay que apostar por el transporte público en todas sus modalidades, guiados, trenes o tranvías, guaguas o taxis. Nadie duda de su necesidad y oportunidad, coordinándolos convenientemente, porque no sobra ninguno. Junto a una red viaria, segura, eficiente y sostenible, ni más, ni menos, sino la imprescindible, para tener una movilidad rápida asegurada. En nuestra isla, padecemos la intransigencia de los de siempre, los del no se puede, que aquí llamamos noistas y que el presidente del Cabildo de Gran Canaria allí los denomina neonegacionistas, junto a políticos medrosos, incapaces de llegar a consensos, por encima de sus intereses partidistas o ideológicos. Tenerife tiene que aprender mucho de como se ejecutan y terminan las obras públicas en Gran Canaria.
Imagen de archivo: Óscar Izquierdo, presidente de FEPECO