Fallece Toto Cotugno, italiano y ganador de Eurovisión y San Remo

04.09.2023 | Redacción | Opinión

Por; Luis Alberto Serrano

Hace ya más de una semana y me enteré por casualidad. Estando contándole a mis sobrinas anécdotas de cantantes de mi época, una de ellas lo buscó en Google y me dijo que se había muerto esta semana. No me lo podía creer. Y yo sin enterarme. Mi cantante italiano preferido de aquellos tiempos en los que “la canción italiana” triunfaba en todo el mundo. Eran muchos: Umberto Tozzi, Sandro Giacobbe (al que tuve oportunidad de contratar para una Gala televisada por TVE), Gianni Bella, Richard Cocciante o Claudio Baglioni fueron algunos de los que le dieron esplendor en los años 80 a un movimiento musical que caló hondo en nuestra sociedad.

Pero, para mí, el que más me gustó y sigo cantando, a veces, sus canciones a gritos en mi coche fue Toto Cotugno. Logró dar el gran salto a Europa al ganar el Festival de San Remo con la canción “Solo noi” (que luego cantó en español titulada “Solo tú, solo yo”). Pronto, sus canciones se convirtieron en un éxito tras otro. “Mía” (que la próxima vez me voy a atrever a cantar en el karaoke), “Solos”, “Dame el corazón”, “Enamorados” o “El italiano” son algunas de las canciones que grabó en castellano y que llevo guardadas desde mi juventud. Pero su reconocimiento mundial le llegó al ganar, en 1990 el Festival de Eurovisión; en el que nos representó Azúcar Moreno, con la canción “Insieme: 1992”. Una canción sobre la unidad de los países de Europa tras la caída del Muro de Berlín en 1989. Ya se vislumbraban los ecos de una unión de países con culminó con el tratado de Maastricht en 1992 que fue el comienzo de nuestra Unión Europea.

A los 80 años, víctima de una larga enfermedad, se nos va uno de los más grandes mitos de la música italiana en el Hospital de San Rafael de Milán con más de 100 millones de discos vendidos. También escribió canciones para artistas como Miguel Bosé (“Voy a ganar”) o Luis Miguel (“Muchachos de hoy”). Pero, como dice el tópico, se fue su cuerpo, pero se me quedan sus canciones. Le rendiré su merecido homenaje, micro en mano.

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