18.08.2018. Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
La nueva temporada de fútbol que ha comenzado este fin de semana en nuestro país nos ofrece este año una Segunda División de auténtico lujo, que muy bien podría ser incluso una Primera B, si tenemos en cuenta que quince de los veintidós equipos incluidos en esta categoría son conjuntos históricos, todos ellos con antecedentes de haber participado en la máxima división.
Estos clubes son, además de C.D. Tenerife y U.D. Las Palmas, Málaga, Mallorca, Numancia, Osasuna, Oviedo, Sporting de Gijón, Coruña, Almería, Cádiz, Albacete, Elche, Granada y Real Zaragoza, todos ellos con un historial más o menos extenso entre los grandes.
Se da la paticularidad, además, de que algunos de ellos han tomado parte en competiciones oficiales europeas, como Tenerife, Las Palmas, Osasuna, Sporting, Deportivo, Zaragoza y el "euro" Albacete en la época de Benito Floro. En total, siete clubes.
Todos esos datos indican que más de la mitad de los equipos de la categoría de plata en 2018/19 aspiran a los dos primeros puestos de la clasificación, que dan derecho al ascenso directo, o bien a poder subir indirectamente a través de ganar la liguilla de los "play off" que disputarán entre sí, mediante eliminatorias, los cuatro siguientes clasificados entre los puesto tercero y sexto.
La Liga en Segunda División es muy larga, porque en ella compiten 22 equipos, lo que significa que durará un total de 42 jornadas y se prevé incluso más igualada que el año pasado, con poca diferencia de puntos, salvo excepciones, entre los primeros y los últimos clasificados, y es muy posible que casi al final del campeonato una decena de conjujntos tengan posibilidades de ascender a Primera y que también se produzca una enconada lucha de varios clubes para evitar el descenso a Segunda B y no estar por tanbto en el pelotón de los cuatro más torpes, con pasaporte de bajar y de olvidarse de pertenecer al balompié profesional.