30.01.2021 | Redacción | Opinión
Por: Rafael J. Lutzardo Hernández
Mientras que Europa sufre las consecuencias del coronavirus, China ya vive una realidad normal. Es decir, sus habitantes ya no llevan mascarillas y la vida social politica y economica han recuperado la estabilidad. Sin duda, es curioso que China sea precisamente el país más normalizado del planeta tierra con respecto a la Covid-19, pues no en vano hay que recordad que el virus tuvo su origen en la ciudad de Wuhan, en China, a mediado del mes de diciembre de 2019.
Ante el asombro de los demás países, China está regresando poco a poco a la normalidad. Es decir, a la antigua normalidad, antes de que conociéramos el virus, las mascarillas y las distancias sociales. Y es que tal y como ha informado el gobierno asiático, han conseguido doblegar al virus.
Un mismo discurso se repite en casi todos los sectores de la economía china. “La fábrica ya está a pleno rendimiento. La producción incluso ha aumentado con respecto al año pasado”, afirma uno de los responsables de Comunicación de la marca de automóviles china Geely durante una visita a su planta de Guiyang. “Los dos primeros meses tras el cierre de Wuhan [el 23 de enero] fueron duros porque tuvimos que parar, pero el consumo se ha recuperado y, con él, la normalidad”, coincide Liu Tao, secretario de la presidenta de Laoganma, uno de los principales productores de salsas de China. “Todos nuestros proyectos se han retomado ya y estamos haciendo de nuevo horas extra”, añade Chen Longfei, arquitecto empleado en un estudio de Shanghái.
China parece haber conseguido ganar la batalla al Covid 19, con tan solo 4.711 fallecidos en una población de 1.403 millones de habitantes, según los datos obtenidos de la Universidad John Hopkins.
En el gigante asiático han sabido cómo mitigar el virus, que brotó en uno de sus cuestionados mercados al aire libre de Wuhan, en comparación con España que en una población de 47,3 millones de habitantes se han sufrido más de sesenta mil fallecimientos.
La cifra total de muertes en China es difícil de creer. Sobre todo, si contamos con que es un país donde la censura se encuentra bastante presente, uno de los claros ejemplos es el caso del médico al que el Gobierno de Pekín obligó a retractarse cuando descubrió el virus, acusándolo de difundir bulos.
De todas maneras, estas cifras parecen ser ciertas, y es una realidad que China ha sido capaz de evitar otro rebrote y mitigar el virus en tan solo nueve meses. El gobierno chino ya ha divulgado con orgullo la apertura de los colegios y la celebración de grandes eventos e incluso en Pekín ya se ha levantado la obligatoriedad de usar mascarillas en la calle.
Un logro que el portavoz del Ministerio de Exteriores, Zhao Lijan ha definido como un gran éxito en la gestión frente a los gobiernos occidentales, y comentó que el resto del mundo debería fijarse más en los esfuerzos de China en el control de la epidemia, “Eso refleja una victoria estratégica de Wuhan y el Gobierno chino”, afirma el portavoz.
Aunque todavía se mantienen algunas medidas de seguridad y precaución en el país. Los cines y restaurantes cuentan con limitación de aforo, al entrar a lugares públicos las autoridades toman la temperatura y en algunos de ellos exigen un tipo de cartilla electrónica que informa de si la persona está sana o ha estado en contacto en zonas calientes. Y entrar a China desde el extranjero está siendo prácticamente imposible.
Aunque todavía se mantienen algunas medidas de seguridad y precaución en el país. Los cines y restaurantes cuentan con limitación de aforo, al entrar a lugares públicos las autoridades toman la temperatura y en algunos de ellos exigen un tipo de cartilla electrónica que informa de si la persona está sana o ha estado en contacto en zonas calientes. Y entrar a China desde el extranjero está siendo prácticamente imposible.
Los expertos apuntan que el éxito de China en frenar y controlar la pandemia ha sido gracias al estricto cumplimiento de las medidas de confinamiento, distancia social y mascarillas, además de realizar análisis masivos. Unas circunstancias muy estrictas que han sido fácil de cumplir en una dictadura y muy complicadas de imponer en países con distintos gobiernos.
La decisión de volver a la antigua normalidad de China puede resultar precipitada, según comentan epidemiólogos, pero Pekín parece dispuesto a reactivar la economía del país cueste lo que cueste sin dejar de mostrar al resto del mundo su orgullo nacional. Solo queda ver cómo se desarrollan los acontecimientos en el futuro cercano.
Imagen de archivo: Pandemia