01.10.2018. Redacción | Opinión
Por: David Toledo Niz
Secretario General de los Jóvenes Nacionalistas de Canarias.
La cuestión catalana desvirtúa el nacionalismo. Así comienzo este artículo de opinión del que espero poder aclarar conceptos, ideologías, posiciones, y contextos dispares que están haciendo que el nacionalismo se diluya y se pliegue al separatismo.
Me centraré en este análisis en el nacionalismo canario, un nacionalismo distinto a muchos otros, principalmente por las condiciones especiales de Canarias: geografía, historia, cultura, lenguaje, acervo fiscal propio, etc.
Vivimos en la era “post democrática”, en un Estado que ha consolidado la democracia como sistema de convivencia, que ha tenido siete presidentes del Gobierno distintos, desde Adolfo Suárez hasta el actual Pedro Sánchez. Y que en el concepto de comunidad autonómica (sin contar la pre-autonomía), hemos tenido nueve presidentes, desde Jerónimo Saavedra, hasta nuestro Presidente actual Fernando Clavijo.
En la historia democrática del Estado Español, los pleitos separatistas de Cataluña o el País Vasco han ido con el paso de los años desvirtuando los conceptos ideológicos y metiéndolos a todos en el mismo saco, pero nada más lejos de la realidad.
Pocos aspectos comunes tienen el secesionismo, separatismo, independentismo, del nacionalismo o del último escalafón, el regionalismo. Los que engloban la diversidad ideológica en un mismo ser pecan de desconocimiento, o lo hacen con fines políticos para poder sacar réditos electorales.
Por contextualizarme y definirme a mí mismo, siendo este un artículo de opinión, yo me considero un nacionalista convencidísimo, y me explico.
Considero que viviendo a 2.000 kilómetros de distancia del Estado, estando en medio del Atlántico, situados geográficamente al lado del continente africano, pero con una cultura latina, con un conocimiento político-jurídico europeo, y estando en pleno siglo XXI con tratados bilaterales, multilaterales, una globalización económica, digital y social, es improbable pensar en conceptos separatistas. De hecho, el proyecto político en el que creo y del que soy el Secretario General de los JNC, siempre ha respetado y defendido el orden constitucional, pero también hemos hablado de las diferencias que supone ser canario dentro del actual sistema.
Creo en Europa y creo en Canarias. En un binomio multilateral donde podamos generar entre todos un nuevo modelo de Estado. España debe regenerarse, modernizarse, dar un paso más y constituir un marco federal donde las autonomías por historia, cultura, geografía, etc. puedan encajar de una forma en la que Europa se consolide y el Estado Español encaje.
No se trata de un debate de banderas, (que por cierto, en el anterior debate del Estatuto de Autonomía, CC propuso que la bandera nacional de las siete estrellas fuese la bandera oficial Canaria. Solo hay que visitar el diario de sesiones del PARCAN) es una concepción de partido, de ideología, de saber dónde estamos y donde queremos llegar. ¿Por qué no podemos ser partícipes de la construcción de un nuevo modelo territorial? Si, en el Estado Español, juntos, pero con condiciones diferenciadas.
Hagamos de la política comparada nuestro espejo: Suiza, Canadá, Bélgica, Alemania, EEUU. Un nuevo modelo, para la nueva década, con un nuevo anclaje territorial, con un bicameralismo simétrico, donde tengamos un Senado con competencias reales, con un sistema de pesos y contrapesos donde los diferentes pueblos del Estado Español puedan tener voz, con una descentralización opcional y con materias comunes. Un nuevo escenario, donde el nacionalismo no sea confundido con el separatismo forzoso.
Creo en Canarias, creo en Europa.