07.07.2017. Redacción / Opinión.
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
En este país tan singular, peculiar y surrealista que es España, este Gobierno ultra derechizado de Mariano Rajoy nos está llevando a situaciones económicas límite a la inmensa mayoría de la ciudadanía de a pie, permitiendo alegremente maniobras y "negocietes" de los poderosos de verdad, que tienen en sus manos entidades bancarias y financieras, multinacionales de la más diversa índole (telefónicas, eléctricas, petroleras...).
No soy, desde luego, un experto y prestigioso analista económico --ni falta que me hace--, pero es muy preocupante que nuestros gobernantes nacionales del Partido Popular extiendan tantas alfombras nobles al paso de los intereses de las grandes corporaciones mercantiles y hemos demostrar nuestro rechazo a la creación de indignos oligopolios, que terminan ejerciendo una atroz dictadura sobre los consumidores, que somos todos nosotros.
Este Gobierno se ha gastado 67 mil millones de euros, casi nada, en el rescate de la banca privada, con dinero público, según ha declarado estos días el gobernador del Banco de España, un individuo nada sospechoso, como ustedes podrán comprender.
Desaparecidas las populares y "entrañables" (entre comillas, por favor) cajas generales de ahorros, presentes en todas las provincias y regiones del país en años pretéritos --como CajaCanarias en Tenerife y la Caja Insular en Las Palmas-- este Gobierno, de forma vergonzosa, ha permitido tan tremendas concentraciones de capital en manos privadas, que ahora mismo sólo cinco grandes bancos controlan más del setenta por ciento (han leído bien) del volumen de los activos financieros.
Las cinco entidades que controlan más de siete de cada diez euros en nuestro país en el mercado bancario, con el evidente peligro que ello representa para la millonaria cantidad de cuentacorrentistas modestos, son el Santander de la familia botín (tras las absorciones del Central, Hispano Americano y ahora el Popular), el Bilbao Vizcaya Argentaria (con la concentración de lops antiguos Vizcaya y la corporación semi-pública que englobaba a más compañías mercantiles), CaixaBank (que se tragó a una decena de antiguas Cajas), Bankia (como el anterior) y Banco Sabadell.
Está muy claro que las recientes crisis económicas recomendaban cierta concentración de activos (¡qué eufemismo¡ al referirse al puto parné), pero una cosa es reforzarse ante determinadas coyunturas y otra bein distinta es crear un oligopolio con cinco potentes patas, para que nos fastidien a los pobres mileuristas cada vez con mayor intensidad.
Ya pagamos comisiones abusivas y prácticas usureras por "asientos" en nuestras cuentas, por movimientos y transferencias, por domiciliación de recibos y por el uso y "disfrute" de tarjetas de débito y de crédito. Todos se ponen de acuerdo entre sí para elevar cuando quieren "sus" tarifas.