29.03.2018. Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
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La Isla de Tenerife posee un atractivo Museo de Antropología perteneciente a un organismo autónomo del Cabildo Insular, fundado en enero de 1987, bajo el mandato de José Segura Clavell como presidente de la Corporación tinerfeña, que encargó la restauración integral de la antigua Casa de los Carta, situada en Valle de Guerra (término municipal de La Laguna), donde tiene su sede actual.
El Museo abre todos los días del año (salvo fechas muy concretas, como Navidad y Año Nuevo) desde las diez de la mañana hasta la cinco de la tarde y ofrece entrada gratuita los viernes y sábado por las tardes, así como a grupos escolares y a los profesores.
La entrada normal cuesta cinco euros, tres para los visitantes que residen en la Isla y dos euros para estudiantes, jubilados, mayores de 65 años y menores con hasta ocho años.
La Casa de los Cartas constituyó en su época la residencia veraniega de la familia apellidada así, que era propietaria asimismo del Palacio del mismo nombre situado en la santacrucera Plaza de la Candelaria y que en su día fue sede de la Capitanía General de Canarias, así como sede central del Banco Español de Crédito en esta provincia.
En el Museo de Antropología se puede visitar la vieja casona, así como espaciosos jardines y huertos en producción. En el interior del inmueble principal se pueden observar muestras de indumentarias antiguas típicas de las Islas, diversos instrumentos musicales, numerosas piezas de cerámica y cestería populares, muebles clásicos (entre ellos arcones de madera de tea y de roble), telares y útiles textiles, molinos de gofio, muestras sobre la elaboración de seda palmera y de tabacos puros de la isla bonita.
También se muestra al público la antigua cocina de la casona, con sus útiles correspondientes (sartenes, latas, bernegal, hornos, alhacenas, etcétera).
Igualmente, el visitante puede acceder a instalaciones complementarias, como un invernadero de plantas canarias y a una muestra de moliendas de gofio, puede disfrutar de los amplios jardines de la antigua finca de plataneras, ver un espacio reservado para plantas medicinales y contemplar un gran lagar.