16.10.2018. Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
No me ha sorprendido la decisión del presidente del Partido Popular de viajar a Bruselas, para chivarse a los líderes comunitarios de la "maldad" del proyecto de ley de los Presupuestos Generales del Estado del actual Gobierno socialista para 2019, que se ha elaborado con algunas apotaciones de Unidos-Podemos, como la subida del salario mínimo interprofesional a 900 euros mensuales.
Lo más que me hace dudar del patriotismo populista de don Pablo Casado es el porqué no protestó en su día cuando el Gobierno de Mariano Rajoy rescató a la banca de este país y gastó más de sesenta y cuatro mil millones de euros de las arcas públicas de todos los españoles, o no puso el grito en el cielo cuando se dilapidaron unos cuantos miles de millones en favor de los grandes accionistas de la autopistas de peaje.
Don Pablo Casado está loquito por llegar a La Moncloa y no sabe cómo disimularlo. Lo mismo le pasa al otro líder de la derechona de este país tan surrealista, un tal Alberto Rivera, el catalán que preside un partido sin ideología concreta llamado Ciudadanos, que ni duerme porque tiene delirios de grandeza y ya se cree presidente del Gobierno por la gracia divina, como pensaba el difunto y enano dictador, que fue jefe del Estado durante cuatro largos decenios del siglo XX, hasta que se murió.
Ya les he comentado que en mi humilde opinión, Pedro Sánchez debería convocar cuanto antes elecciones, porque eso fue lo que prometió antes de llegar a la Presidencia del Gobierno y sigue faltando a su palabra. Pero a estas alturas de la película nadie puede poner en cuestión que el secretario general de los socialistas fue elegido por una mayoría parlamentaria y que su elección fue completamente legal, porque España no es un Estado de régimen presidencialista, donde se elige directamente al jefe del poder ejecutivo, sino a través de una mayoría parlamentaria en la Cámara Baja, esto es en el Congreso de los Diputados.
Entiendo que tanto a la derecha ultramontana (PP) como a la más moderna y ¿dialogante? (Ciudadanos) les siente mal que un Gobierno aumente las partidas sociales en los Presupuestos y que un partido progresista proponga otras soluciones económicas. A mí tampoco me gustaba el bigotito de Aznar ni la soberbia de Rajoy, pero soy un demócrata convicto y confeso y, por ejemplo, durante años tuve que soportar las políticas ultraconservadoras de estos dos presidentes. ¡Qué le vamos a hacer¡
Ah, y me parece una estupidez soberana que el señor Casado haya viajado a Bruselas, en representación solemne de los grandes accionistas del Ibex 35. ¡Lo que uno tiene que ver, madre mía¡