28.10.2019 | Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
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En fuentes cercanas al consejo de administración del Club Deportivo Tenerife se comentó estos días que si este sábado el primer equipo no conseguía ganar en Miranda de Ebro, se podría cuestionar la continuidad de López Garai al frente del banquillo blanquiazul, tras la mala racha de resultados de las ultimas jornadas. Al final se logró un empate a cero goles, que parece una insuficiente renta.
Tras este partido, que transcurrió sin pena ni gloria, el Tenerife sólo ha conseguido dos puntos de los quince posibles, en los cuatro últimos encuentros disputados, y en la actualidad se encuentra inmerso en la zona de descenso de categoría, en un lugar muy alejado de las expectativas iniciales de este campeonato, en el que aún se aspira a puesto más altos que ilusionen a la afición.
Aunque se confía todavía en el proyecto futbolístico del técnico vasco, está claro que los entrenadores dependen de los resultados y entre algunos miembros de la directiva se empieza a cuestionar su labor, porque sencillamente no ha dado los frutos deseados, cuando ya se ha consumido el primer tercio de la presente campaña, por lo que han empezado a sonar las primeras alarmas.
El Tenerife regresa a la Isla solo con un punto más de su choque con el Mirandés, y es posible que el consejo de administración del club se reúna a principios de la semana y no es nada descartable que tome una drástica decisión, porque son ya muchos años decepcionantes, aunque uno se pregunta si no sería mejor que Miguel Concepción dejara la presidencia y dejara paso a otra persona, debido a sus continuos fracasos deportivos al frente de la entidad.
López Garai es consciente de su situación y sabe que los técnicos dependen de los goles y de los triunfos. Igual este empate en Burgos dilata su cese en el tiempo.