El Día Internacional del Niño.

04.12.2017. Redacción / Opinión
Por: Rafael J. Lutzardo Hernández


El Día Internacional del Niño tiene su propia festividad, con más de cuarenta años de historia. En 1954, la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó a todos los países que destacasen un día en el calendario para dedicarlo a la promoción de los derechos de los más pequeños, organizando actividades para promover su bienestar social. A pesar de que cada país eligió un día diferente para festejarlo, se toma como referencia la fecha de publicación de este texto para su celebración internacional, por eso el 20 de noviembre es el Día Internacional del Niño. Sin duda, todo este protocolo esta muy bien; muy bonito de cara a la galería, pero la realidad es bien distinta. ¿Saben cuántos millones de niños mueren al año en todo el mundo? ¿Saben cuántos niños son víctimas de la esclavitud laboral?
¿Saben cuántos niños mueren a manos de las mafias de tráficos de órganos? ¿Saben cuántos niños/as son utilizados como víctimas de la explotación sexual? Sinceramente, no me interesan los protocolos de cara a la galería. Lo que realmente es importante son los objetivos y los hechos. Soluciones que alivien y consoliden unos derechos; una mejor calidad de vida, más compromiso y un mundo más humano y solidario. Lo demás, es todo un escaparate para quedar bien en una sociedad capitalista-consumista. No descubro nada nuevo, si escribo que en la actualidad parece obvio pensar que lo lógico es que los más pequeños tengan acceso a una vivienda digna, a una educación que les prepare para su vida adulta, a las raciones de alimento necesarias para que su crecimiento sea el idóneo o a poder expresar y transmitir sus ideas con libertad, pero esto no es así en todos los casos.

La Organización de las Naciones Unidas lleva años examinando y denunciando los abusos que sufren pequeños de al menos 20 países, donde la realidad es mucho más dura. Violaciones, secuestros, trabajo infantil, niños militares… Muchos pequeños de países como Afganistán, Colombia, Nepal, Haití o Birmania son sacados de las escuelas o directamente no tienen la oportunidad de formarse y disfrutar de su infancia.

Por otro lado, hay determinados territorios donde ser niño o niña es especialmente complicado. Países en guerra o en situaciones de pobreza extrema no son escenarios propicios para el desarrollo de los más pequeños y pequeñas. Estos son algunos ejemplos de países donde actualmente los derechos de la infancia no se están pudiendo respetar: Siria: Desde hace más de tres años este país sufre una crisis interna que deriva en importantes conflictos. El colectivo infantil es uno de los más afectados. De hecho, se calcula que más de 5,6 millones de pequeños y pequeñas están en riesgo por esta situación, según datos de UNICEF. República Centroafricana: En este territorio también estalló una crisis hace más de dos años, y ha provocado 860,000 desplazados internos, según datos de Oxfam y la Comisión Europea, de los que muchos de ellos son niños y niñas.

¿Qué derechos de los niños y las niñas se vulneran en el mundo? Derecho a la salud: Muchos menores en el mundo sufren enfermedades para las que no hay medicamentos, y mueren cada día, además de malnutrición.

Derecho a la educación: Miles de niños y niñas en todo el mundo no pueden ir a la escuela o no han podido ir nunca, y por lo tanto pierden la oportunidad de formarse para un futuro.

Derecho a una nacionalidad: Como informa ACNUR, algunos países como Birmania, Costa de Marfil o Tailandia no reconocen la procedencia de los menores, y esto hace que sean invisibles y que no puedan disfrutar de algunos derechos civiles básicos.

Derecho a una vivienda digna: Hay países en los que los niños y niñas no pueden disfrutar de un hogar, y esto deriva en problemas de crecimiento, adaptación y seguridad. Incluso en nuestro país, hay menores de edad que se encuentran en peligro de vivir en la calle.

Por lo tanto, muchos derechos universales de los niños/as, muchos protocolos, muchas propagandas institucionales, pero que al final se resumen en una mentira universal, especialmente en aquellos países del mundo que viven en la más puras de las miserias. Lo mejor sería que entre todos intentemos lograr una mayor concienciación de la importancia del respeto de los derechos universales de los niños/as en todo el mundo; sumando esfuerzo desde el compromiso y la solidaridad, motivando buscar y consolidar soluciones que mejoren la situación de millones de pequeños/as de todos los rincones del planeta tierra. 

Suscríbete a nuestro Podcast



Rafael J. Lutzardo Hernández

Rafael J. Lutzardo Hernández

Rafael J. Lutzardo Hernández

Buscar en Tagoror

¿Aún no te has suscrito a nuestro podcast? Suscríbete aquí