01.11.2022 | Redacción | Reportaje
Por: Paco Pérez
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Este edificio religioso, ubicado a mitad de la calle del Agua se llama, de forma oficial, convento o monasterio franciscano de Santa Clara de Asís y de San Juan Bautista (más conocido simplemente como el de las monjas claras) y fue fundado con ese nombre en el año 1547, como primer convento femenino que hubo en Canarias.
La inexistencia en el archipiélago de un convento femenino que acogiese a jóvenes que quisieran seguir la vida contemplativa, fue la razón que motivó la fundación de este espacio religioso, cuando apenas habían transcurrido unas décadas desde la incorporación de Canarias a la Corona de Castilla.
Por una disposición testamentaria de Alonso Fernández de Lugo, comendador de la Orden de Cristo de Portugal y pariente del adelantado, arribaron a Tenerife diez religiosas procedentes de los monasterios de Baeza y Sanlúcar de Barrameda, entre las cuales se encontraban al menos tres monjas naturales de Tenerife.
La celeridad de su llegada y la ausencia de un edificio apropiado para la clausura hizo que ocuparan en esta ciudad el cercano convento de San Miguel de las Victorias (hoy Real Santuario del Santísimo Cristo de La Laguna), de frailes franciscanos, siguiendo así los deseos de su promotor.
Tuvieron que pasar treinta años antes de que esta comunidad encontrase su ubicación definitiva, gracias a un nuevo benefactor, Olalla Fonte del Castillo, quien deseando que tres de sus hijas ingresaran en la orden, ofreció sus casas para que se instalara en ellas la comunidad, a cambio de acogerlas entre sus novicias.
A partir de entonces, el crecimiento del convento solo se vio frenado por dos hechos dramáticos que pudieron truncar su devenir histórico, el incendio que sufrió el edificio a principios del verano de 1697 y la Desamortización de bienes del clero regular en 1836, pero la merma patrimonial que todo ello supuso no impidió la permanencia de las madres en La Laguna.
El convento fue declarado bien de interés cultural de Canarias (BIC), en la categoría de monumento. Tras la restauración acometida conjuntamente por el Ministerio de Fomento, Gobierno de Canarias, Cabildo Insular de Tenerife y la propia Comunidad, desde 2013 una parte importante del inmueble es sede de un interesante museo.
En años pasados tuvieron mucha fama los dulces, postres y algunas especialidad elaboradas por esta religiosas y, en la actualidad, la comunidad de las monjas Claras han incorporado a este convento a varias religiosas procedentes del vecino continente africano, donde hoy en día surgen más vocaciones.
Imagen: Paco Pérez | Facebook