26.03.2020 | Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
La hasta ahora efímera consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias, Teresa Cruz Oval, fue cesada por el presidente Torres, tras graves errores cometidos por esta conocida activista socialista en la gestión política de la crisis del coronavirus. Cruz es originaria del Sur de Tenerife y una líder de la comarca meridional isleña apoyada por muchos alcaldes y barones de esa comarca sureña, que no pudieron en los últimos días con una decisión que ya estaba muy decidida por el jefe del poder ejecutivo regional, tras las airadas protestas del vicepresidente Román Rodríguez y del apoyo posterior al mandamás de Nueva Canaria por parte de la ASG y presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo.
La gestión en la Sanidad pública canaria en los últimos meses ha sido realmente buena con Cruz Oval al frente, pero ella, a pesar de que ha puesto la mayor voluntad del mundo en resolver problemas muy puntuales de su departamento no es la culpable de la situación, porque a ella la nombraron de "rebote" sin ser una experta en la materia, debido a dos absurdas cuestiones que, en el reparto de cargos públicos, el PSOE no tuvo más remedio que reconducir apresuradamente y, sin éxito, por lo que ha sucedido después.
Teresa Cruz era la primera aspirante, tras la últimas elecciones autonómicas, a presidir el Parlamento de Canarias, pero no llegó a ser para la Cámara Regional por un "quítame allá esas pajas" debido al absurdo reparto de sexos entre los responsables de las distintas instituciones de la región, circunstancia que aprovechó el diputado electro Gustavo Matos para meterse de rondón en el puesto que tenía reservado su compañera de partido.
Como quiera que sea, como la protagonista de esta lamentable historia era, y es, un gran experta en cuestiones de política social, de atención a menores desamparados y a otros colectivos desamparados, se pensó entonces en ella para dirigir la Consejería más acorde con sus conocimientos y larga experiencia, pero saltó la liebre, porque en el llamado "pacto de las flores" cuatripartito (PSOE, NC, ASG y Podemos) que dio paso a la composición del nuevo Gobierno de Canarias, Noemí Santana se postuló ella misma como consejera de Asuntos Sociales y le cerró el paso a Teresa Cruz, que sí era la persona más idónea del PSOE para ser consejera de ese área.
Estas carambolas de la política han llevado a este lamentable final con el cese de Cruz Oval al frente de Sanidad, y ha sido el veterano Julio Pérez, tercer hombre de este gobierno (que ya fue consejero del área con Saavedra en el segundo mandato del ex-ministro de Felipe González), quien se ha hecho cargo de la gestión sanitaria pública en el Archipiélago. Un hombre que, además y dicho sea de paso, parece que mantiene unas excelentes relaciones de amistad con la patronal de las clínicas privadas, e incluso supuestamente dirige un bufete de abogados que asesora a un importante grupo de clínicas.
Más claro que el agua, en botella de cristal. Y no diré más, por ahora.