07.01.2024 | Redacción | Opinión
Por: Sergio Rodríguez
Presidente del Cabildo de La Palma
Que la balsa de Vicario ya sea una realidad, tras una larga espera, me hace reflexionar sobre la voluntad, tesón y constancia de nuestro pueblo. Somos un territorio que ha sido forjado por el esfuerzo de quienes nos precedieron, tanto en el trabajo de horadar la piedra hasta conseguir los recursos hídricos, como en el de impulsar infraestructuras fundamentales para que el sector primario siga siendo uno de los pilares fundamentales de nuestro futuro.
Y es de justicia que nos acordemos de quienes ponen la primera piedra para hacer realidad un sector que cuenta con infraestructuras de primer nivel y en las que seguiremos trabajando para que no se desaproveche una gota de agua que nos caiga desde el cielo o que emane desde el subsuelo.
No siempre son ingenieros, técnicos o políticos. Casi siempre el primer impulso viene de quien conoce el territorio, quien se esfuerza cada día para obtener sus frutos y, sobre todo, de quien piensa en el bien común por encima de un aprovechamiento egoísta.
Ahora, con la balsa de Vicario en pleno funcionamiento, tenemos que honrar la memoria de uno de esos próceres de nuestra Isla. Alguien que supo ver el bien de la comarca impulsando un proyecto hace más de dos décadas. Es la figura de don Cecilio García, maestro y agricultor, la que con su decidida apuesta y solidaridad supo hacer ver la necesidad de una nueva balsa en la comarca, que diera respuesta a las necesidades de La Punta de Tijarafe en aquel momento, y ahora también del Valle de Aridane.
Ojalá ese ejemplo siga cundiendo y tengamos muchos más como él, que nos alumbre en el camino a los responsables públicos y que al final podamos seguir dando luz a proyectos que son beneficiosos para el sector agrario y la Isla en general.
En don Cecilio tuvimos una determinación fundamental para generar esta infraestructura que, a pesar de las dificultades, ya es una realidad. Su visión y pasión por el proyecto fueron contagiosas. Inspiró a trabajar duro para alcanzar el objetivo final, con una gran capacidad de pensamiento estratégico.
Ahora la responsabilidad es nuestra. Contar con esta balsa dentro del sistema hidráulico insular permite mirar el futuro del sector primario con más esperanza. La infraestructura se enmarca dentro del sistema hidráulico de La Viña, y nos va a permitir aprovechar los excedentes del noreste de la Isla.
Pero también va a suponer un espacio para los excedentes que se produzcan en la zona del Valle, en la balsa de Dos Pinos, en el propio túnel del trasvase y un aprovechamiento de aguas que provienen de los pozos del barranco de Las Angustias.
El trabajo no termina aquí, completar ese sistema es fundamental y aporta impulso al proceso de recuperación de la Isla. Ahora son 150 fanegas de cultivos las beneficiadas en la comarca por gravedad y algunas más en el Valle de Aridane, pero en el futuro conectaremos todas las redes de la comarca para garantizar el regadío en el noroeste de La Palma.
Junto a Vicario y la apuesta por reforzar el sector primario, también es el momento de desarrollar otros proyectos estratégicos que vengan a generar la economía que la Isla necesita en otros sectores, que provoque desarrollo social, empleo y futuro.
Esa es la visión que tenía don Cecilio y el camino marcado para quienes gestionamos la Isla. Ahora tenemos por delante el trabajo encomendado por la ciudadanía, asuntos no resueltos y proyectos que impulsaremos. El espejo en el que mirarse es el del empeño de palmeros y palmeras como don Cecilio García.