30.04.2023 | Redacción | Opinión
Por: Casimiro Curbelo
Presidente del Cabildo de La Gomera y portavoz de ASG en el parlamento de Canarias
Hay cuestiones sobre las que se pueden tener opiniones muy distintas que van en función de la ideología, la edad o el carácter de cada persona. Pero hay otras que se basan en algo incuestionable, que son los números.
Hace unos días se publicaron los últimos datos de la Encuesta de Población Activa referida al primer trimestre de este año. La tasa de paro se sitúa en Canarias en el 17,17%, subiendo en un 2,6%. Según los datos de la EPA, en el último trimestre hay 33.500 personas más en paro, pero 32.100 menos que en los últimos 12 meses. Si comparamos con el resto de Comunidades Autónomas, Canarias es la primera comunidad en avance de la ocupación en términos interanuales, con el 6,1% de mejora frente al 1,8% de avance en España.
Pero lo que dicen los números, si los comparamos con el año 2019, en el que comenzó la andadura del actual pacto de gobierno, es que en Canarias hay ahora 84 mil ocupados más que hace cuatro años y 42 mil parados menos, con un crecimiento de la población activa de más de 50 mil personas.
No es que sean datos buenos, es que son extraordinarios, porque a lo largo de este tiempo hemos atravesado una pandemia que causó un desplome generalizado del Producto Interior Bruto de Canarias, que provocó un cero turístico y la paralización del comercio, el ocio, la restauración y la propia vida social de los canarios.
El espantoso efecto de la crisis pandémica afectó a todos los países europeos, pero muy especialmente a quienes, como nosotros, dependemos en mayor medida del turismo y el comercio. La decidida actuación de las autoridades de la Unión Europea y de los gobiernos estatales y autonómicos impidió la destrucción masiva de empleo y la pérdida del tejido productivo. Salvamos los empleos con los ERTE y las empresas con ayudas para mantenerlas a flote.
Los resultados están a la vista: una recuperación robusta de la actividad económica. Una buena parte del empleo creado ha sido generado por el sector público, algo que algunos critican con preocupación por su impacto presupuestario. Pero es evidente, y necesita muy poca explicación, que ha sido necesario, por no decir imprescindible, reforzar las estructuras de la atención sanitaria o la educación en unos tiempos en que estaba amenazado el propio Estado del Bienestar y donde muchas familias se encaraban con la incertidumbre.
Analizando los datos de la EPA desde la óptica de las Islas Verdes, la tozuda realidad vuelve a imponerse. Es precisamente en estas islas donde se ha producido una tendencia inversa en la población activa, que desciende ligeramente frente al crecimiento en el resto de Canarias. Una muestra más de lo que una y otra vez venimos repitiendo sobre el debilitamiento de la fuerza demográfica de nuestras islas por la falta de oportunidades, dificultades de comunicación y ausencia de expectativas profesionales. A pesar de eso, en La Gomera se ha producido un crecimiento de ocupados entre el primer trimestre de 2023 y el de 2019.
Cuando desde ASG demandamos la necesidad de inversiones y gasto del sector público en las Islas Verdes, lo hacemos avalados por cifras como las que nos ofrece la Encuesta de Población Activa. Tenemos que incentivar un razonable crecimiento poblacional, evitando el envejecimiento demográfico. Debemos ofrecer a nuestros hijos y nietos la posibilidad de encontrar un horizonte profesional y vital en la isla que les vio nacer en vez de empujarles fuera, como ocurre ahora, para buscar oportunidades que no encuentran aquí.
Es una tarea difícil, pero irrenunciable. Nuestra apuesta por una isla descarbonizada, por el respeto a la naturaleza y por la senda de las energías renovables, va a situarnos como una referencia excepcional en España y en la UE. Ya hay grandes empresas que empiezan a mirar con curiosidad las cosas extraordinarias que están ocurriendo en este hermoso rincón verde del Atlántico.
Nuestra idea es crear nuevas actividades vinculadas con ese nuevo mundo de la economía circular, de las nuevas tecnologías, del reciclaje y de las nuevas energías renovables. Una diversificación en la que estamos trabajando con todo el peso del sector público de la isla y con la implicación de los gobiernos de España y de Canarias.
Y al mismo tiempo, no nos olvidamos de las familias más vulnerables, a quienes estamos insertando en el mercado laboral a través de programas y actuaciones insulares. Hemos invertido más de veinte millones en estas líneas de actuación que han llegado a más de dos mil ochocientos beneficiarios. Llegará un día en que nada de eso será necesario porque el propio desarrollo de La Gomera permitirá la generación de más empleo. Y lo que es más importante, el empleo en sectores del mundo de los servicios y la tecnología, que marcarán la diferencia con el pasado. En ese camino vamos, paso a paso.