Cuidado con extrañas componendas en el futuro de Santa Cruz

27.06.2018. Redacción | Opinión

Por: Paco Pérez

pacopego@hotmail.com

El rimbombante anuncio de la futura y paulatina desaparición de la Refinería de Cepsa de Santa Cruz de Tenerife hecho público en las últimas horas en la capital de esta Isla por parte de altos representantes del Gobierno Autónomo, el Cabildo y el Ayuntamiento y por directivos de la empresa petrolera, significa nada más y nada menos --aparte de una gran noticia para todos los habitantes isleños-- que ya se ha dado el pistoletazo de salida de la campaña electoral de las próximas elecciones autonómicas, insulares y locales que se celebrarán en el Archipiélago en mayo del próximo año.

La noticia, en sí, no representa nada nuevo, porque ya se sabía que en los planes de la Cepsa estaba previsto que se desmantelase la factoría tarde o temprano, por cuestiones económicas y comerciales y lo único que ha hecho Coalición Canaria la coyuntura y el momento actuales para hacer público algo que es, desde hace muchos meses, un secreto a voces.

Está claro que los líderes de Coalición Canaria ven peligrar su poder actual en las instituciones regionales e insulares y este viene a ser un intento desesperado para demostrar que los nacionalistas llevan trabajando por la depauperada capital tinerfeña desde hace años, cuando en realidad poco les importó alguna que el cielo de los santacruceros fuera irrespirable para una población que ha sufrido la presencia de una refinería de petróleos en la misma urbanización de la ciudad.

Todo este anuncio hecho ahora era más que previsible desde hace mucho tiempo y a mí que no me vengan ahora con cuentos chinos ni con rollos macabeos. La Refinería tenía que desaparecer de Santa Cruz y desaparecerá porque no le queda más remedio.

Ahora, los actuales (y los fututos) gobiernos municipal, insular y regional tendrán que asumir una enorme responsabilidad: planificar con mucha cabeza el porvenir de la expansión de la ciudad y no les quedará otra que saber destinar para beneficio de toda la ciudadanía esos más de 570.000 metros cuadrados que van a quedar liberados.

Los terrenos de la Refinería han de ser aprovechados al máximo, porque no estamos jugando, ni más ni menos, que el futuro urbanístico de la capital occidental de Canarias, lo cual no es, por decirlo de una manera coloquial, cualquier moco de pavo. Y mucho cuidadín con previsibles especulaciones y algunos negocietes de amigos. Que en esta tierra estamos demasiado acostumbrados a extrañas componendas de dudosa legalidad.

 

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