24.08.2018. Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopgeo@hotmail.com
Centenares de pacientes isleños, usuarios del Servicio Canario de Salud, están cogiendo citas de especialidades para los años 2020 y 2021, "lo antes posible" según les dicen, porque las listas de espera, a pesar de lo que afirmen las autoridades sanitarias del Gobierno Autónomo continúan aumentando de forma alarmante.
Es verdad, todo hay que decirlo, que se están haciendo algunos esfuerzos para reducir el tiempo de espera para intervenciones quirúrgicas, pero ese interés parece del todo insuficiente.
En realidad los canarios, en comparación con otros países y lugares del mundo, contamos con una sanidad pública que es gratuita y con unos profesionales, en general, muy competentes y eficaces. Lo que ocurre es que falla la gestión política y los recortes económicos han hecho mucha mella en la calidad de los servicios, la mayoría muy saturados, debido a la gran demanda asistencial que existe.
Falta personal y eso el primero que lo sabe es el presidente Fernando Clavijo, pero parece que este hombre anda en el limbo, como alejado de la realidad, porque es muy probable que ignore que muchos médicos isleños, una vez terminan los estudios teóricos y las prácticas de su especialidad, emigran a países cercanos, en busca de un futuro profesional que se les niega en su propia tierra, porque el SCS no contrata a casi ninguno de ellos.
Se está gastando una millonada de euros del erario público en formar a estos especialistas y, cuando se doctoran no tienen más remedio que mandarse a mudar, por la sencilla razón de que aquí no se cubren las plazas de facultativos mínimamente imprescindibles, ya que muchas están vacantes y no se dota la correspondiente ficha financiera. Ver para creer.
Otro día les comento el gasto inútil de la Sanidad pública en el Archipiélago, por tener que repetir pruebas diagnósticas de pre-anestesia (EGC, placas de rayos X de tórax y analítica de sangre) a centenares de pacientes por el largo período que transcurre hasta que son intervenidos. Y eso. ¡Qué triste¡
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