03.01.2018. Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
La Justicia española y el propio Gobierno de Pedro Sánchez ha de tener caridad humana y compasión con el ex-ministros Eduardo Zaplana, que también fue presidente de la Comunidad Autónoma de Valencia, al no indultarlo a pesar de estar sufriendo una leucemia terminal y no poder ser atendido adecuadamente en la enfermería de la prisión donde está internado.
Al margen de los delitos por los que está imputado este antiguo líder valenciano del Partido Popular, que no está condenado en firme por ningún tribunal, me parece que la Justicia no es justa con este hombre, que está sufriendo un duro calvario, que ya ha manifestado que no tiene ganas de seguir viviendo y que ha afirmado que él no cobró comisiones de ningún tipo por obras construidas en la región levantina que él llegó a presidir durante la década de los años noventa.
Su familia solo le pide a la jueza que deje que lo ingresen en el hospital La Fe de la capital valencia, para que tenga los cuidados paliativos necesarios hasta su próximo e irremediable fallecimiento, pero la magistrada parece mostrarse insensible ante este drama personal del señor Zaplana y ce sus allegados.
Estas cosas a mí me indignan profundamente y me disgustan, sobre todo cuando la Justicia española ha liberado a presos etarras, con graves delitos de sangre, por motivos de salud, lo cual me parece loable desde el punto de vista de tener humanidad con las personas, pero la excarcelación de Zaplana debe producirse lo antes posible, por cuanto él no ha cometido ningún delito de sangre ni ha asesinado a ninguna persona inocente.
Este asunto clama al cielo, porque cuando la Justicia no es justa, comete una tremenda injusticia, ante un individuo muy enfermo e indefenso. ¡Que baje Dios y lo vea¡ ¡Por favor¡