Paco Pérez16.09.2017. Redacción / Opinión
Por: Paco Pérez
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A mediodía de este viernes salí de mi casa, en La Laguna, y me dirigí al Hospital Universitario de Canarias a visitar a un querido amigo, que está recién operado de un cáncer de garganta, que se le reprodujo recientemente y quería estar un rato con él, porque a las personas que uno aprecia tenemos que animarlas en los momentos más desagradables. Ya se sabe que para un jolgorio o una fiesta se apunta hasta el más bobo del pueblo.
Tras la visita, sobre las dos de la tarde, el caos circulatorio era un verdadero caos en las cercanías del HUC y en las inmediaciones de la Autopista del Norte, como ocurre desde hace años en esta vía, que es una de las mayor densidad de tráfico de todo el país, aunque parezca increíble.
Entre la rotonda del camino de Las Mantecas hasta el enlace con la Autopista tardé como un cuarto de hora, y cuando me incorporé a esta "vía rápida", me encontré con un atasco a la altura de Las Chumberas, con el tráfico colapsado hasta después del aeropuerto de Los Rodeos.
El túnel subterráneo del Padre Anchieta es una auténtica ratonera, y los fines de semana, muchos trabajadores y estudiantes son los que regresan a los pueblos del interior de la Isla los viernes a primera hora de la tarde, con lo que los atasco en los alrededores de La Laguna están garantizados.
El desarrollo urbanístico y poblacional de la Isla de Tenerife estuvo muy mal planificado en la segunda mitad del siglo XX, por un supuesto progreso muy mal entendido por parte de nuestros gobernantes, que concentraron en esta parte del área metropolitana tres campus universitarios, los dos grandes hospitales de referencia, infinidad de centros comerciales (Alcampo, Toy's, Ikea, Decatlhon, Leroy Merlin, Guajara, Makro) pabellones deportivos, la Vía de Enlace de las dos autopistas principales (TF1 y TF5, del Sur y del Norte) y diversos asentamiento poblacionales, lo que ha representado un tremendo disparate que estamos pagando desde hace años muchos habitantes, por la poca cabeza de quienes aprobaron los planes respectivos de ordenamiento de los terrenos entonces disponibles, como un "totum revolutum" que ya no parece tener solución.
Más recientemente, la "inteligencia" de nuestros planificadores ha hecho que se cometieran los mismos errores con la zona turística del sur, donde se provocan diariamente grandes colapsos de tráfico, desde Las Chafiras y el cruce de la Montaña de Guaza hasta más allá de Torviscas, Fañabé y Adeje, por no hablar del Valle de La Orotava y los tapones de tráfico rodado que se producen a cada hora a las salidas de Icod de los Vinos, de Los Realejos y de La Orotava, y peor aún todas las mañanas desde el cruce de El Sauzal hasta Santa Cruz de Tenerife, por lo que muchas personas se tienen que levantar a las seis de la mañana, o incluso más temprano, para poder llegar a sus trabajos a las ocho.
En la mayoría de las grandes ciudades de Europa estos caos no se producen, porque sus habitantes disponen de medios de transporte colectivos adecuados, con metros, autobuses y trenes, de uso generalizado, porque son eficientes y puntuales. Pero parece que Tenerife se una república bananera: aquí se improvisan las soluciones, se tiran las aguas negras al mar, los hospitales están desbordados... no hay una planificación razonable y los políticos en el poder supuestamente están preocupados en otros asuntos más importante para ellos, como beneficiar a las grandes fortunas, obedecer los que les dictan quince clanes familiares con intereses muy concretos... y por supuesto, en organizar fiestas, tenderetes, romerías, excursiones vecinales y de la tercera edad, comilonas y otras cuchipandas, porque saben que todo eso lo rentabilizan electoralmente. ¡Qué pena¡
