"Chaupadi" la maldición de la mujer nepalí

16.03.2019 | Redacción | Opinión

Por: Rafael J. Lutzardo Hernández

Es por ello, que esta situación coloca a la mujer de Nepal en un estatus inferior. El acceso a la educación rara vez se puede ver en las mujeres nepalís y, por consiguiente, más del 80% de las mujeres con 15 años de Nepal  nunca ha ido a la escuela y solamente el 4% logra acceder a la enseñanza secundaria.

Por otro lado, La división de castas también es determinante para que la mujer pueda o no recibir una educación. Las familias de las castas más altas tienen mucho mayor acceso a las escuelas e incluso varias de las niñas de familias adineradas han logrado acceso a algunos puestos en el Gobierno o el sector privado.

Cuando una mujer contrae matrimonio en Nepal, su papel pasa a ser el de servir a la familia del marido. No tienen ni voz ni voto. No puede opinar. En muchos casos, las mujeres de Nepal desean tener un hijo varón para que en un futuro traiga a la familia a otra mujer y deje de recaer todo el peso de la casa sobre la madre.

A pesar de que la Constitución ofrece a las mujeres una igualdad de oportunidades, lo cierto es que esta igualdad se basa en las creencias y en la situación económica y social de cada grupo étnico. Dependiendo de cada etnia, las mujeres de Nepal cuentan con más o menos libertad. A pesar de todo esto, el papel de la mujer en Nepal es trascendental para el desarrollo del país. Las mujeres nepalís se caracterizan por ser mujeres muy trabajadoras que luchan cada día por sacar a su familia adelante. Las mujeres de Nepal no están escondidas ni recluidas en sus casas como ocurre en otros países sino que es típico verlas charlando y riendo entre ellas por las calles de Nepal.

La contribución económica que supone la mujer es imprescindible para el desarrollo del país, a pesar de que su salario es un 25% inferior al de los hombres. En las zonas rurales, las mujeres son las encargadas de la siembra y la cosecha.

Otras de las maldiciones para la mujer de Nepal son las  menstruaciones, que tiene por nombre `Chaupadi`, basada en las supersticiones hindú. En Nepal las mujeres son 'desterradas' por sus familias una vez al mes, cuando menstrúan. Esta tradición hindú tiene por nombre 'Chaupadi' y es muy seguida en el oeste del país, donde según Naciones Unidas un 95% aceptan la expulsión durante los días en que son "impuras".

La costumbre se ha cobrado algunas víctimas. Por ejemplo, Roshani Tiruwa, una joven de 15, murió asfixiada por el humo de la lumbre que hizo para aguantar el frío del cobertizo donde la habían metido para pasar los días de castigo, según recoge The Objective.

Según el padre de la niña aseguró que tenía agua y comida para pasar el día. Pero para el frío de la noche no había solución. Ante la falta de algo con lo que taparse -la tradición prohíbe el uso de mantas calientes y permite, como mucho, algo similar a una alfombra- Tiruwa optó por encender una hoguera pero la mala combustión acabó con su vida en la cabaña del destierro.

No es la primera muerte durante el 'Chaupadi'. La duración del castigo es de hasta 11 días con el primer periodo y de entre cuatro y siete jornadas los meses posteriores. También se practica a las mujeres tras un parto. Durante ese tiempo marginadas, las mujeres no pueden entrar en sus casas, asearse, ir a la escuela o tocar a los hombres. También tienen prohibido consumir algunos alimentos ricos en nutrientes como leche, carne o mantequilla.

Si toca un árbol, éste morirá; si bebe leche, la vaca dejará de darla... Esta tradición se basa en la creencia en los dioses y en la superstición y establece que serán castigadas todas las actividades que hagan mientras son impuras.

Así son las castas y supersticiones hindú. Un mundo, donde la mujer no tiene derechos, pero si obligaciones, motivando ser obligadas y condenadas a los trabajos más primarios de la vida. Ojalá, en un futuro no muy lejano, esas mujeres nepalíes encuentren el lugar que les corresponden, especialmente en una sociedad referenciada por las castas, pudiendo conseguir el reconocimiento de una Constitución democrática de sus derechos, igualdad y libertades.


 

Rafael J. Lutzardo Hernández

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