20.06.2019 | Redacción | Psicología
Por: Esther González
Psicóloga
Siempre estamos dando conductas, por ejemplo reír , llorar , escuchar ...
Todas las conductas están motivadas por algo que podemos llamar estímulo. Por tanto, estímulo es todo aquello que nos hace reaccionar.
Estos estímulos pueden venir de nuestro ambiente ( amigos, familia ...), de nuestro cuerpo ( dolor de cabeza ...), y por último pueden venir de nuestros pensamientos , que son un diálogo que tenemos con nosotros mismos, y que son los que interpretan los sucesos.
Debemos tener en cuenta que todo pensamiento puede llevarnos a ver las cosas positivas y/o negativas, y además aumentarlas. Por herencia y aprendizaje, tendemos a percibir más lo negativo.
Los pensamientos son rápidos e invisibles, y cuando nos damos cuenta ya nos han hecho daño, y nos sentimos mal
No olvides que una realidad distorsionada tiende a ver sólo lo negativo, y dramatizar. Cada persona percibe la realidad de forma diferente, por tanto la distorsión no es igual en todas las personas.
Estos pensamientos distorsionados , una vez han entrado son difíciles de desviar . Y además, son aprendidos, la familia , los amigos, los medios de información, también nos condicionan para interpretar los sucesos de cierta forma.
Provocan cambios en las emociones, en el estado de ánimo, y por tanto , en nuestras conductas.
Estos pensamientos surgen de la interpretación; los acontecimientos que nos rodean son “neutros” , somos nosotros los que pensamos e interpretamos. Una interpretación incorrecta nos provocará sufrimiento, ansiedad , depresión , problemas en la autoestima ...
Albert Ellis, Psicólogo cognitivo, estudió los pensamientos distorsionados, que abordaremos en próximos artículos.
Tienes el poder de pensar lo que se te ocurra
Sólo tú puedes controlar lo que entra en tu cabeza. Tus pensamientos son tuyos, exclusivamente tuyos , para hacer con ellos lo que quieras, conservarlos, cambiarlos, compartirlos o contemplarlos.
No es fácil cambiar el modo de pensar. Es fácil ser feliz , pero aprender a no ser desgraciado puede ser difícil.
En ti está la capacidad de elegir la felicidad en vez de la infelicidad.