17.12.2018. Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Es evidente que los dirigentes de Coalición Canaria y quienes manejan los intereses económicos de los lobbies que están detrás (el turístico, el sanitario, el de la agricultura de exportación, el constructor, el inmobiliario, etcétera) se han mostrado inquietos de cara a las próximas elecciones autonómicas, insulares y locales del 26 de mayo.
Esa preocupación entre los líderes nacionalistas isleños ha aumentado tras los pobres resultados obtenidos por los socialistas en Andalucía recientemente, que han hecho perder el poder autonómico al PSOE después de 37 años, lo que puede que le pase también a Coalición Canaria en mayo de 2019, si PP, Ciudadanos y Vox sumasen suficientes votos para obtener una mayoría, como ha pasado en la comunidad más meridional de la Península Ibérica.
Por su cuenta y riesgo, Coalición Canaria ya ha empezado con el bombardeo publicitario y con él la precampaña electoral. No hay más que abrir una página de un periódico digital o un link de cualquier sitio importante de Internet para ver pequeños anuncios de la formación de Ana Oramas y Fernando Clavijo, con especial hincapié en los supuestos logros del Gobierno Autónomo y de José Manuel Bermúdez, el alcalde de Santa Cruz de Tenerife, porque se teme que puedan perder la presidencia política de la capital tinerfeña, alcaldía que ostentan desde 1979, cuando accedió a la misma Manuel Hermoso, es decir hace la friolera de cuarenta años en mayo.
Coalición Canaria cuenta con fondos económicos y apoyos muy fuertes y concretos para tirar la casa por la ventana, si hace falta, con tal de seguir gobernando en las principales instituciones del Archipiélago y nos quedan seis meses de auténticos bombardeos publicitarios, de actos populistas organizados por instituciones oficiales controladas por CC, con fines electoralistas, y muchas entrevistas en los medios de comunicación locales a los principales candidatos "nacionalistas".
Lo que ignoran personas que no saben de qué va esto de la publicidad, es que un bombardeo masivo de propaganda, muchas veces es contraproducente en los receptores de los mensajes, que en este caso son los votantes. Pero allá cada cual con sus bolsillos y lo que se quieran gastar.
Los nervios suelen jugar malas pasadas. Publicar mensajes en medios a los que acceden personas que ya tienen decidido su voto es como tirar dinero por el sumidero. Y no diré más, por ahora.
Imagen de archivo: cpahalltalk.com