22.02.2018. Redacción / Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Me encanta la aviación comercial desde que era niño, seguramente porque me aficioné a ella cuando, de pequeño, mi hermano mayor me llevaba caminando desde nuestra casa en La Laguna, al cercano aeropuerto de Los Rodeos (al que ahora, estúpidamente quieren cambiarle el nombre) para contemplar aquellos aviones de la época, en los priemos años sesenta del pasado silo, como los "DC-3", los "Comet" británicos, los "Caravelle" franceses, o los primeros modelos de la casa "Boeing", como los "B-707".
En los jardines del pequeño edificio terminal del aeropuerto del Norte de Tenerife pasamos momentos inolvidables viendo las operaciones de aterrizaje y de despegue de aquellas vetustas aeronaves, oyendo el ruido de los motores y oliendo el keroseno que consumían.
Había un par de jardineras para transportar a algunos pasajeros a pie de pista y soñaba con viajar algún día en uno de esos aparatos, cuanto contemplaba el tránsito de personas, subiendo y bajando por las escalerillas de los aviones.
Con posterioridad pude viajar y disfrutar de los vuelos, Mi primer desplazamiento por via aérea fue a Madrid, en diciembre de 1972, días después de que se estallara en el aire, en la maniobra de despegue, un "Convair Coronado" de la compañía "Spantax" (¡vaya nombre para una aerolínea). Fue a bordo de un "DC-8" de "Iberia" y me acuerdo que el pasaje aplaudió cuando el piloto aterrizó en Barajas, después de un trayecto bastante "movidito".
Un año después viajé a Sevilla en un ruidoso birreactor "DC-9-32", también de "Iberia", para asistir a una liguilla de ascenso a Primera División del equipo de Baloncesto del Real Club Náutico de Tenerife, como enviado especial de "La Tarde" y de "La Hoja del Lunes".
Mi bautizo interinsular fue años más tarde en un viaje relámpago a El Hierro, para asistir a la boda de una amiga que conocí en la Universidad de La Laguna. Fue a bordo de un "Foker Friendship 27", unos aparatos turbohélices que prestaron un gran servicio en Canaria y que peretencieron a varias compañías españolas, como la mencionada "Iberia", y también a "Aviaco" y a "Transeuropa".
La pista del aeropuerto de "Los Cancajos", por sus reducidas dimensiones, siempre me ha dado cierto respeto. Aquellos "Fokker", para despegar con garantía, se abastecías de un enriquecedor de combustible para sus motores y los pilotos elevaban al máximo de revoluciones aquellos aparatos para elevarse al cielo.
Días antes de visitar por primera vez la Isla del meridiano saludé al comandante tinerfeño Álvaro González Tarife, que me dijo que no me preocupara por el viaje, porque corría más peligro en un coche subiendo a La Laguna por la autopista del Norte, que viajando a El Hierro en un "Fokker".
Dos de los viajes en los que peor lo he pasado recuerdo que fue en un trayecto nocturno entre Barcelona y Tenerife Sur a bordo de un "Boeing 727", cuando nos encontramos con una tormenta impresionante a la altura de Valencia. Aquel aparato se movía como unas maracas y se tuvo que suspender la cena a bordo y realizar todo el viaje con los cinturones de seguridad abrochados. El segundo fue en un trayecto Los Rodeos-Gando a bordo de aquellas latas de sardinas que eran los Casa-Nurtanio CN-235, unos pequeños aviones de hélice fabricados en Sevilla e Indonesia para el transporte de tropas militares y que nos coló en las Islas el INI, para que los canarios "experimentáramos" con ellos. Un desastre.
Para mí, los aviones más confortables son los de fuselaje ancho. He viajado multitud de veces en los "Airbús 330" de Air Europa y en los "340" de Iberia, así como en un "DC10" de la primera compañía española, en un viaje entre Madrid y San Juan de Puerto Rico, y en otro trirreactor igual de "Santa Bárbara" entre Caracas y Tenerife Sur. Y también en el majestuoso "Jumbo" (el "Boeing 747") en un trayecto a Madrid que procedía de Nueva York, donde viajé en el piso superior, en gran clase, en un viaje inolvidable, por cómodo y confortable.
También he montado en los "Boeing 737" de varias compañías, como Air Europa, la cheque de bandera que creo que se llama CSK la extinguida belga "Sabena" y unas cuantas más. Y en un "Airbus 321" en un trayecto entre Barajas y Heatrow y multitud de veces en los "A-320" de Vueling, Ryanair e Iberia
Me hubiera encantado haber sido piloto, pero no pudo ser por mi miopía... Nunca he tenido miedo a viajar en avión y siempre disfruto a bordo de una aeronave, sobre todo cuando despegan y aterrizan y puedo contemplar los paisajes desde el aire a través de una ventanilla. Está clarísimo que el avión es el medio de transporte más seguro que existe y hay suficientes datos estadísticos que los demuestran. Así que... ¡a volar¡