17.07.2019 | Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
A simple vista y a falta de la confirmación oficial de los nombramientos, cuando escribo estas líneas, el nuevo Gobierno de Canarias no me disgusta, porque por primera vez en la historia autonómica de este Archipiélago atlántico, en su formación se ha podido entremezclar la experiencia de políticos de raza, como Julio Pérez Hernández, Román Rodríguez Rodríguez o Chano Franquis, con la juventud, la ilusión y el empuje de hombres y mujeres más jóvenes, como el propio presidente Ángel Víctor Torres, Carolina Darias, José Antonio Balbuena o Teresa Cruz, que a pesar de tener un gran futuro por delante, por su edad --si ellos quieren, claro-- ya han bregado en el terrero de la función pública, bien como parlamentarios o como consejeros insulares, concejales municipales u otros cargos relevantes.
También formarán parte del Consejo de Gobierno la lideresa de Podemos en Canarias, Noemí Santana, que se encargará del área de políticas sociales y una destacada militante de la ASG, Yaiza Castilla, que fue senadora en su día por la Isla de La Gomera.
Es evidente que a este Gabinete le falta cohesión, porque en definitiva es un Gobierno compuesto por cuatro fuerzas políticas distintas, aunque no distantes, todas ellas de marcado carácter progresista y decididas a empujar juntas por conseguir un mayor bienestar de la población isleña, tarea harto difícil, después de la herencia de la que se hacen cargo tras la interminable presencia en el poder ejecutivo de dirigentes de Coalición Canaria, cuyos dirigentes fracasaron estrepitosamente en la gestión de las obras públicas (sobre todo en carreteras y en la dotación de depuradoras de aguas residuales en las Islas), de la Sanidad (donde no pudieron reducir de manera significativa las listas de espera de pacientes pendientes de operaciones quirúrgicas), en política social (sobre todo en Dependencia) y en Educación (con altos niveles de fracaso y abandono escolar).
Un Gobierno progresistas como este, al que se le presupone una política acorde con su ideario, debe basar su gestión en mejorar esos cuatro pilares fundamentales de una sociedad moderna: Sanidad, Obras Públicas, Educación y medidas efectivas de cohesión social.
Tampoco me disgusta que, por primera vez, a la hora de formar un Gobierno Autónomo en estas ínsulas, que no se haya tenido en cuenta de qué isla procede cada consejero.
Las partidas de nacimiento deben importar un carajo y el hecho de que un miembro del Consejo haya nacido en un lado o en otro no tiene por qué influir en favorecer a un determinado territorio. CC ya nos demostró que con presidentes nacidos en la mayor Isla del Archipiélago, castigaron de forma reiterada a Tenerife, sobre todo por "qué dirían" en otras ínsulas. Parece mentira.