Marisa Ruiz Asensio30.03.2017. Redacción / Opinión
Por: Marisa Ruiz Asensio
En la actualidad en la que vivimos parece que todo se ciñe al ``tanto tienes, tanto vales´´ y es algo de vital importancia descubrir el porqué actuamos de este modo. La sociedad actual se limita a la superficialidad y carencia de sentimientos extremos llegando a evaluar a un ser humano por su respaldo económico, nivel profesional o incluso pertenencias que posea.
Es realmente penosa la pérdida de valores humanos que acontece en este mundo egoísta y superfluo en el que solo triunfa el dinero, un dinero que se ha convertido en el protagonista de una obra de teatro en la que los actores secundarios seguimos un estúpido guión acorde a la causa-efecto del ``intérprete principal´´.
Cuántas veces habremos pensado en qué sería de nuestra vida si fuéramos ricos o nos tocase la lotería pero… ¿Realmente eso nos daría la felicidad? ¿De qué depende la satisfacción y bienestar que deseamos? Estas son preguntas que no sabemos responder a ciencia cierta y que creemos que la respuesta siempre es el dinero, un nivel económico alto, una casa mejor, un coche más caro, lujos, viajes, vacaciones y un sinfín de similitudes que pretenden convertirnos en seres egoístas y frívolos que estudian al más mínimo detalle una circunstancia que ni por asomo significa la plena felicidad.
El dinero no es más que el motivo principal por el que naciones enteras se odian, la causa de infinitas guerras no solo a nivel de países sino a nivel de familias, el maltrato y muerte de animales indefensos, la trata de personas, la razón por la que el ser humano no es capaz de ver con la bondad y humanidad que le caracteriza centrando todo su ego en querer tener más para ser algo importante en una vida que parece exigir demasiado sin ser realmente así. Sí, el dinero es necesario para que podamos vivir porque de un modo u otro supone un sostenimiento esencial, pero en el momento en el que se convierte en lo más importante de la existencia de alguien es cuando se ha perdido la noción de la cordura así como el civismo y la coherencia que nos define a la raza humana.
El dinero no garantiza una salud próspera para siempre pues desgraciadamente una enfermedad terminal se cobra la vida de una persona dejando al margen cualquier posición económica; el dinero no certifica un amor verdadero pues cuando se está con alguien porque tiene un poder adquisitivo alto no es amor sino interés y eso queda muy lejos de sentirse enamorado ; el dinero no acredita un hogar, puede comprar una casa enorme llena de lujos y colmada de riquezas pero jamás conseguirá crear un verdadero hogar lleno de magia y sentimientos sinceros; el dinero puede comprar sexo pero sexo no por placer sino por conveniencia y eso es realmente ridículo y patético ya que pagar por eso nos lleva a dos nociones básicas: la humillación de la mujer u hombre que vende su cuerpo y la actuación tan deplorable de quien lo compra.
No, definitivamente el dinero no da la felicidad, puede que ayude a cubrir algunas de nuestras necesidades pero para ser realmente feliz hemos de partir de la base de aceptar nuestra vida tal y como la tenemos, de querer mejorar a diario pero dentro de nuestras posibilidades y de empezar a mirar el mundo estableciendo una visión de conjunto ajena a lo material.
Maya Angelou
``Solo puedes realizarte completamente en algo que amas. Que tu meta no sea ganar dinero. En su lugar, persigue cosas que ames hacer y hazlas tan bien que la gente no pueda quitar sus ojos de ti´´
