16.11.2016. Redacción
Por:Mari Carmen García Mora
Psicóloga Sanitaria
Colegiada T-1412
Cómo padres nos asustan las noticias relacionadas con el consumo de alcohol en niños y adolescentes y sobre todo las últimas semanas con la noticia de una niña de 12 años muerta por coma etílico, aunque debemos considerar este caso cómo un caso aislado.
La adolescencia es una etapa evolutiva extensa en la que se consigue la maduración física, sexual, cognitiva y social. Es la etapa del desarrollo que transcurre desde el inicio de la pubertad (aparición de los caracteres sexuales secundarios a raíz de cambios hormonales) hasta la finalización del crecimiento biológico y del desarrollo psicológico y social del individuo, aunque éste seguirá con cierta evolución durante todo el ciclo vital. Su inicio y finalización es diferente en cada individuo, y es más tardía en el varón. La adolescencia es un periodo primordial para el desarrollo psicosocial, siendo cuatro los hitos a alcanzar en esta etapa de la vida:
• La lucha por pasar de la dependencia de las figuras parentales, a la independencia.
• Preocupación incrementada por el aspecto corporal en una sociedad donde hay una constante preocupación en este sentido.
• Integración en el grupo de amigos, teniendo este hecho mayor importancia al inicio de la adolescencia para perder fuerza al final del desarrollo psicosocial a favor de una relación individual más íntima con quien compartir pensamientos y sentimientos.
• Desarrollo de la propia identidad.
Esta búsqueda de definición e independencia hace que sea una etapa complicada en la que la rebeldía esta normalmente presente.
En cuanto al consumo de alcohol entre adolescentes existen muchas teorías psicológicas que intentan explicar este consumo exacerbado: conductas de riesgo para separarse del grupo familiar, inmadurez de los circuitos neurobiológicos relacionados con el sistema de recompensas (al alcohol produce una “recompensa” casi inmediata), ocurrencia de una conducta aprobada por el grupo, etc. Tenemos que tener en cuenta la influencia de los medios de publicidad, que continuamente estimulan el consumo de alcohol asociado a situaciones placenteras y de independencia. Y muy importante es también la influencia social: en nuestra sociedad el consumo de alcohol está ampliamente extendido y es aceptado culturalmente, siendo utilizado como vía de comunicación y de relación entre las personas y como elementos socializadores incluso entre la juventud.
Pero, ¿es en realidad tan preocupante el consumo de alcohol entre adolescentes?
La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias informa que según la última Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias realizada en 2014 el alcohol es la sustancia psicoactiva más extendida entre los estudiantes de enseñanzas secundarias de 14 a 18 años en la Comunidad Autónoma de Canarias. En general, según los datos de ESTUDES 2014 (encuesta a nivel nacional que se realiza cada 2 años), el consumo de alcohol, tabaco y cannabis en los jóvenes canarios de entre 14 y 18 años de edad es inferior a la media nacional.
Aunque parezca una buena noticia, las cifras nos devuelven a la realidad: el 74,1% de los jóvenes entre 14 y 18 años ha consumido alcohol alguna vez y el 61,4%, admite que ha consumido alcohol en los últimos 30 días. Esto supone que 6 de cada 10 alumnos han consumido recientemente. El promedio de edad para la primera borrachera es a los 14, 6 años. Estos datos nos confirman que beber es habitual entre nuestros adolescentes.
Los factores de riesgo que señalan los expertos son extensos y complejos, ya que influyen variables personales, familiares, de salud, sociales y culturales. Destacaremos la predisposición a la búsqueda de sensaciones, personalidad, falta de reglas en cuanto al consumo, ignorancia de las consecuencias del consumo, disponibilidad y acceso fácil, influencia cultural y de los grupos de iguales.
¿Y qué podemos hacer los padres?
Siempre hablar con ellos, ofrecerles confianza, pero también disciplina, dar información e insistir, aunque nos convirtamos en unos padres “pesados”, mostrar confianza en ellos, ayudar si caen “en la tentación”.
Nuestros hijos estarán mejor preparados para tomar "buenas decisiones" sobre el consumo de alcohol si están bien informados. Hoy disponen de numerosas fuentes de información y es preciso que nos basemos en hechos, sin exagerar, ni demonizar, lo que en último término perjudicaría nuestra credibilidad como padres.
Deben saber:
? Que hay otros sistemas de aliviar la ansiedad o el disgusto ante una situación que no dominen que no sea el consumo de alcohol.
? Que el alcohol es un depresor del sistema nervioso central que, cuando se consume en exceso, produce intoxicación y pérdida del control. Afecta a la coordinación, los reflejos y el juicio.
? Que factores como la edad, la estatura, el peso o el haber ingerido alimentos, etc., influyen en la forma en que el organismo reacciona ante su consumo.
? Que no es un estimulante; la euforia inicial que provoca se debe a la acción inhibidora que se produce sobre los centros cerebrales responsables del autocontrol. Este fenómeno explica por qué la gente, cuando ha bebido demasiado, hace cosas que en condiciones normales no haría. El abuso del alcohol elimina el efecto de control que ejercen las normas sociales sobre la conducta.
? Que las bebidas alcohólicas se clasifican en dos grupos, en función de su proceso de elaboración. Sus efectos son también diferentes:
? Bebidas fermentadas (cerveza, sidra, vino). Su graduación alcohólica oscila entre los 4°/5º de la cerveza y la sidra, y los 12°/14º del vino.
? Bebidas destiladas. Resultan de la destilación de las bebidas fermentadas para obtener mayor concentración de alcohol (vodka, ginebra, ron, etc.). Oscilan entre 40° y 50°, por lo que su consumo abusivo resulta mucho más perjudicial y es mayor la posibilidad de generar dependencia.
? Que la mayoría de las personas bebe responsablemente y no sufre problemas de alcoholismo.
? Que el consumo temprano reiterado, aunque puede ser controlado en las primeras etapas, puede ser el inicio de una conducta irresponsable y adictiva.
? Que beber irresponsablemente conduce en muchos casos al abuso (alcoholismo), es decir, a la necesidad de consumo constante de alcohol a pesar de los problemas físicos (enfermedades), psicológicos y sociales (familiares, pérdida de trabajo y de relaciones sociales, etc.) que comporta, y que ello los aleja irremediablemente de la buena vida.
? Que los alcohólicos son enfermos que experimentan un deseo constante de tomar alcohol (dependencia). Es una enfermedad curable, pero que necesita mucha atención y ayuda de los demás (profesionales, familia, organizaciones, etc.) y, por parte del mismo enfermo, mucho esfuerzo y fuerza de voluntad.
? Que el consumo de alcohol sólo es admisible para adultos sanos siempre que esta práctica se realice con responsabilidad y moderación. La ley prohíbe su consumo a los menores de edad.
? Que el consumo de alcohol perjudica severamente el desarrollo físico e intelectual de niños y adolescentes y que por ello condicionará su calidad de vida futura
? Que la bebida no puede, ni de hecho sirve para escapar de una realidad o situación que no nos gusta, aunque momentáneamente pueda parecerlo. No se puede beber para liberarse de pensamientos negativos como el miedo, la soledad o la angustia.
? Que no se debe beber porque creamos que es lo normal o que nuestros amigos quieran que bebamos.
Sobre todo, tener paciencia, ya que esta etapa es también difícil para ellos.
Busca información, hay muchas webs dedicadas a la prevención de conductas adictivas en adolescentes, pasa tiempo con ellos y programa actividades de ocio en la que la familia pueda disfrutar y establecer diálogos sanos.
Y cómo siempre si ves que necesitas más información o consejo, acude a un especialista que te pueda ayudar.