05.05.2019 | Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
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El Canarias lo intentó ante un eficiente Bolonia, pero no pudo ser y desaprovechó la ocasión de ser, por segunda vez, campeón de la Liga Europa de Baloncesto, en una final celebrada este domingo en el palacio de deportes de la ciudad belga de Amberes.
El equipo isleño no tuvo su día, porque no hay otra explicación. Los del Iberostar salieron a la cancha muy nerviosos e imprecisos y el equipo italiano cogió mucha ventaja y confianza, terminando el primer cuarto con un claro 20-08, algo impensable en un quinteto de la categoría del Tenerife.
Mientas al Virtus boloñés acertaba casi todos los tiros exteriores, los amarillos fallaban una y otra vez desde los 6,25 metros, obteniendo su primer triple en el segundo cuarto, después de 15 intentos anteriores, y así no se puedo ganar un choque.
Se llegó con un 38-24 al descanso y el tercer cuarto empezó con la misma tónica, aunque minutos más tarde el Canarias reaccionó con una mayor agresividad en defensa y se puso a nueve puntos de los italianos (48-39), aunque este período concluyó con un lamentable empate a 20 tantos (58-44).
En el último cuarto los isleños redujeron distancias (60-50), pero finalmente la Virtus de Bolonia se llevó la final, por su eficiente defensa y su gran tiro exterior, ayudada también por algunas decisiones del trío arbitral en determinadas jugadas, lo que no es una excusa para justificar la derrota de la escuadra lagunera.
El Canarias fue un digno perdedor, pero se mostró muy impreciso en determinadas fases del encuentro, muy débil en defensa y nada afortunado en los tiros exteriores. La clave del encuentro estuvo en la gran ventaja obtenida por la Virtus de Bolonia en los minutos iniciales, lo que descompuso al Iberostar Tenerife. Otra vez será.
Imagen de archivo: solobasket.com |