06.10.2018. Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Severa derrota del C.D. Tenerife en la capital de Baleares, frente al Real Mallorca, que goleó (4-1) a su rival en un duelo interinsular de Segunda División, correspondiente a la octava jornada del Campeonato de Liga.
El conjunto blanquiazul volvió a evidenciar sus grandes carencias, su enorme impotencia, su demostrada capacidad ofensiva y su ingenuidad en la retaguardia, a pesar de jugar con una defensa de cinco hombres, que hace agua por todos lados.
El equipo local salió en tromba e hipnotizó a un Tenerife que volvió a saltar al campo durmiendo. Solo bastaron cuatro minutos para que los baleares perforaran la portería de Dani Hernández, por medio del delantero grancanario Ariday, que aprovechó un pase en profundidad.
La derrota blanquiazul es muy dolorosa, porque el dominio fue casi total del conjunto granota --un recién ascendido--, que vapuleó a un equipo muy inocente, carente de ideas y que terminó desquiciado por el sopapo recibido. Oltra volvió a repetir con un 5-4-1 para intentar no encajar goles y, así son las cosas del Fútbol, solo aguantó cuatro minutos con su puerta sin ser batida.
El golpe en frío sentido por los visitantes fue un verdadero mazazo y aunque sus jugadores sobaban el balón sus acciones incisivas brillaron por su ausencia. El Mallorca dejaba jugar a su rival esperando un fallo y contraatacar con cordura y rapidez, como así sucedió antes de cumplirse la media hora (minuto 28) con un gol de Lago junior que sentenciaría el partido.
La segunda parte comenzó con un mejor juego del Tenerife, pero fueron momentos engañosos, tras marcar el Mallorca en propia puerta, con un despeje erróneo de Salva Ruiz, que colocó el marcador un 2-1, en el minuto 53.
Pocos segundos duraron las ilusiones visitantes para sacar algo positivo de su visita a Palma, porque dos minutos después, tras un fallo imperdonable en la presión a la salida del balón por el rival, el Tete encajó su tercer tanto tras un eficiente contrataque que culminó (min. 56) el exblanquiazul Abdón Prats. Era la puntilla (3-1).
Y aún quedaría tiempo para que el Mallorca rematase la faena, con un nuevo tanto local en el minuto 80, a diez del final, que evidenció la horrorosa actuación del Tenerife, muy endeble, muy deslavazado y tremendamente cobarde de cara al área rival.
Este resultado es preocupante y habría que tomar medidas drásticas. El presidente Concepción y el Consejo de Administración deberían plantearse despedir de forma inmediata al secretario técnico, que no ha sabido confeccionar una plantilla compensada y que comete grandes errores técnicos, que no se corresponden con profesionales de Segunda División.
¡Qué pena¡