21.04.2018. Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
El Fútbol a veces da alegrías y en otras ocasiones nos ofrece disgustos muy grandes. La de este sábado, ante la Sociedad Deportiva Huesca, ha sido una derrota muy triste y dolorosa para el Tenerife, que ha perdido por 2 goles a 4 en un partido muy extraño en el que se han sucedido cosas excepcionales durante los noventa minutos de juego.
No voy a detenerme en este comentario a narrar los tantos de un equipo y de otro, porque tampoco es mi cometido. Esta temporada he analizado los partidos desde mi opinión particular, tan subjetiva como la de cualquier otro periodista y no voy a pormenorizar en jugadas concretas.
Les diré que el Tenerife dio muy buena impresión en la primera parte del encuentro. Marcó el 1-0 a los treinta minutos y los visitantes empataron solo tres más tarde, porque a un pésimo árbitro (el señor Díez de Miera) se le ocurrió un penalti fantasma, que nadie vio excepto él. La máxima pena la transformó el Huesca y empató la contienda.
El trencilla, encima, expulsó a Carlos Ruiz por doble tarjeta amarilla y dejó al Tete con diez. A pesar de todo, los blanquiazules no se amilanaron y lograron marcar un nuevo gol (2-1) en el descuento de la primera mitad.
Parece que el Tete es un equipo con mal fario. A las multiples lesiones de sus efectivos durante la temporada, está claro que le persigue la peor de las fortunas y cuando se las promete muy felices, siempre sucede algún contratiempo.
Tras el trauma del penalty inexistente, los blanquiazules salieron en la segunda parte con una pájara de campeonato, completamente desconcentrados y en solo cinco minutos encajaron no uno, sino dos tantos (entre el 47 y el 52), lo que supuso una vuelta en el marcador (2-3).
El árbitro "se olvidó" de pitar un penalty a favor de lops locales en el minuto 79, por mano clara de Melero y en la jugada siguiente el equipo oscense sentenció el partido, con un efectivo disparo de Ferreiro.
Por si fuéramos pocos, a cinco minutos del final, la juez de línea de San Sebastián, la señora Guadalupe Porras, fue alcanzada en la cabeza con un objeto lanzado desde la grada y el árbitro suspendió durante un cuarto de hora el encuentro. Tras la reanudación, nada pudo hacer ya el Tenerife en los pocos minutos de añadido, aunque lo intentó.