15.10.2018. Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Aunque parezca increíble, la Selección Inglesa humilló a la Española la noche de este lunes en el estadio Benito Villamarín en Sevilla y ganó por 2-3, tras una primera parte muy afortunada de los británicos, que tiraron tres veces a puerta y marcaron tres espléndidos goles.
Está claro que el seleccionador británico ganó en la estrategia a Luis Enrique, porque el inglés dispuso un 4-5-1, con mayoría en la medular y supo esperar los ataques españoles, para salir con rápidos contragolpes que culminaron don dos tantos de Sterling y otro de Rashford, que el guardameta De Egea ni olió.
Fue una penosa primera parte de los jugadores de la Roja, que tocaron mucho el balón pero sin crear verdadero peligro, y no siempre el tiempo de posesión de la pelota indica que el gana el que más la tiene. Los goles ingleses subieron al marcador en los minutos 16, 29 y 38.
La selección inglesa realizó un sobreesfuerzo físico destacable en la primera media hora del encuentro, desarbolando al conjunto nacional, por lo que "Lucho" decidió hacer algunos cambios tras el descanso, e incluyó en la alineación a Ceballos y a Paco Alcácer. Este último marcó el primer gol de España de un extraordinario cabezazo en el minuto 58 y se confiaba en que llegaría el empate, pero a pesar de las numerosas ocasiones de que se dispuso, sólo llegó un segundo gol, marcado por Sergio Ramos, ya a pocos segundos del pitido final, en el minuto 97.
Hay que destacar que otro hubiera sido el resultado si en el minuto 64 el árbitro no llega a ignorar un penalty de libro cometido por el portero inglés, Pickford, que agarró y empujó a Rodrigo y que debió ser expulsado por esta acción punible.
Un mal día de la Selección Española, que tardó en reaccionar.