07.12.2019 | Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Ni cambio de entrenador ni leches. Nueva y tristísima derrota del C.D. Tenerife(2-0) en el debut de su nuevo entrenador en el estadio de La Rosaleda, este viernes, frente al Málaga, con lo que el equipo isleño se coloca en puestos de descenso a Segunda "B", situación de la que va a ser muy difícil salir con la actual plantilla.
Ser han notado mucho las bajas de jugadores como Luis Milla, Bermejo, Álex Muñoz y Nahuel Leyva, cuatro de los principales protagonista de este Tenerife, que se ahoga en un vaso de agua y que es incapaz de llegar a la portería contraria.
El Tenerife mostró en este encuentro un electroencefalograma plano, por lo cual se ha metido irremisiblemente en la UVI der la Segunda División. No digo que los profesionales blanquiazules no pongan ganas, pero la impresión generalizada es que parece que por sus venas no circula sangre sino horchata y creo que con esto se resume el estado anímico del grupo, que no puede dar más de sí, por causas que uno ignora.
El Málaga se llevó el encuentro casi si esfuerzo. El Tete volvió a encajar a balón parado antes de cumplirse la media hora del choque (minuto 27). Sadiku se encargó de marcar a la salida de un córner, con una línea defensiva tinerfeñista muy pasiva.
A partir del gol, el equipo boquerón le dejó el balón a la escuadra visitante y solo se preocupó de defender el resultado ante un impotente Tenerife, inconexo entre sus líneas. Y, por casualidad, llegó un incomprensible penalti por supuesta mano de Javi Alonso, que facilitó el segundo tanto malacitano, obra también de Sadiku, que hizo doblete.
No me apetece comentar nada más.
Imagen: eldorsal.com | CEDIDA