16.02.2019 | Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
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Este Tenerife parece que está gafado y este sábado volvió a salir derrotado como visitante, esta vez en el estadio gaditano "Ramón de Carranza", incapaz de ganar en tierras peninsulares a lo largo de toda la presente temporada, entre otras cosas porque al equipo blanquiazul está enemistado con el gol, que es algo fundamental en el Fútbol.
En esta ocasión, dos errores de bulto del portero Dani Hernández bajo los palos hicieron que el Tenerife encajara dos tantos absurdos, el primero nada más comenzar el segundo acto (minuto 48), por un exceso de vista del guardameta a un tiro de Edu Ramos, y el tanto definitivo (minuto 72) por quedarse estático e impotente ante un doble lanzamiento del ex-tinerfeñista Jairo.
El Cádiz salió en tromba al comienzo del partido y ejerció una presión agobiante sobre la salida del balón del Tenerife, a pesar de lo cual pudo aguantar las embestidas locales, no sin sufrir por los continuos avances locales. No obstante, el encuentro pudo cambiar de signo si Suso acierta a meter el balón en el primer minuto de juego.
No hay manera. El Tenerife parece ser bipolar y juega de una forma muy distinta en el "Heliodoro" a como lo hace cuando actúa en campo contrario y eso es algo que clama al cielo. El club se estará lamentando de haber dejado ir la pasada campaña a jugadores de la categoría de Juan Villar y de Víctor Casadesús, sin olvidar la obligada ausencia de Samuele Longo.
Jose Naranjo, que llegó a la Isla como un gran profesional y un hombre con gol, no que titular este sábado, aunque participó en la segunda parte y de manera estúpida se ganó el solito dos tarjetas, por lo que fue expulsado a los pocos minutos de salir al terreno de juego.
Nuevo episodio triste para el Tenerife, que recibirá el viernes en el "Heliodoro" al Mallorca, y luego "ganará" por 1-0 el inexistente partido ante el descalificado Reus. Menos mal que por esa expulsión del campeonato del conjunto catalán, este año solo descenderán tres equipos. De todas formas hay que estar atentos, porque en cualquier momento se puede caer en el pozo. La plantilla blanquiazul tiene graves carencias en su portería y en su línea más ofensiva. Más claro, agua y en botella de cristal.