21.12.2017. Redacción / Opinión.
Por: Paco Pérez
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El C.D. Tenerife continúa con su grave crisis de identidad y en la noche de este jueves solo pudo conseguir en el "Heliodoro" un empate a última hora, gracias a un gol de Juan Villar, en el minuto 89, frente al gallito de la categoría, el histórico Cádiz, que llegó a la Isla después de cosechar siete triunfos consecutivos.
Ese tanto de Villar le salva momentáneamente la cabeza al entrenador local, José Luis Martí, que podrá comerse el turrón en casa, aunque está claro que su futuro como técnico blanquiazul pende de un hilo.
No sabemos lo que realmente sucede en la plantilla tinerfeñista, pero está claro que el equipo insular está bichado, como las papas, y el club se aleja aun más de los primeros puestos de la tabla, ya que se empieza a abrir una brecha en la clasificación entre los verdaderos aspirantes al ascenso y los conjunto de la zona media y baja.
El Cádiz no hizo nada del otro mundo, llegó una vez a la portería contraria en toda la primera parte, y se encontró con un fallo defensivo garrafal del portero Carlo Abad y del central derecho Alberto Jimenez, error que propició el gol marcado por Garrido a los 19 minutos de iniciarse la contienda.
Los jugadores locales se descompusieron tras encajar ese estúpido tanto y volvieron a demostrar sus grandes deficiencias, como no hilvanar jugadas, no acertar en los pases y recurrir al pelotazo sin criterio, para intentar que Longo o Casadesús cazaran por casualidad algún balón en el área.
El Tenerife notó las bajas de Brian Acosta, sancionado, y de Juan Carlos Real, que se recupera de una lesión, y José Luis Martí tampoco pudo contar con Jorge Saenz, que se indispuso pocas horas antes del encuentro, por alguna dolencia no hecha pública.
Llega ahora el parón navideño en la competición y el panorama futuro es, hoy por hoy, bastante negro. Esperemos que los turrones, la sidra, los polvorones y el cava le siente bien a los jugadores blanquiazules, porque de seguir como ahora el Tenerife está condenado este año al fracaso más espantoso.