22.11.2019 | Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
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El Tenerife ganó este viernes de manera milagrosa en Gijón, frente al Sporting por cero goles a dos y ahuyentó los fantasmas que rodean al equipo isleño, que no había podido conocer la victoria en los últimos ocho partido disputados en esta Liga.
Este triunfo fue aún más inesperado por el cambio de entrenador, tras el cese de López Garay el pasado domingo y tiene que ver, sin duda, con la suerte de las personas, porque parece que Sesé Rivero, el máximo responsable de la cantera blanquiazul y nuevo técnico provisional, nació con una flor en el culo.
A las bajas ya anunciadas de Luis Milla y Álex Bermejo, por lesiones, y la del majorero Alberto por sanción, Rivero apostó por poner en la alineación inicial a Javi Alonso, colocó al olvidado Mauro Dos Santos en el centro de la defensa y hizo debutar al joven güimarero Eliott, de los equipos inferiores del club.
Iba a ser este un partido de transición hasta la llegada de un nuevo entrenador y la expedición marchó a Asturias a hacer un papel lo más digno posible, ante un rival que también está en horas bajas.
El Tenerife realizó una de las primeras partes de lo que llevamos del actual campeonato y era de esperar que en cualquier momento el conjunto asturiano marcara, para marcharse al descanso con una diferencia mínima de dos goles. Pero no fue así, unas veces por los aciertos del meta Ortolá y en otras ocasiones por los desatinos de los delanteros locales, que a pesar de disparar con ahínco, no lograron colar el balón en la portería visitante.
Cuando todo parecía que en el segundo acto se iba a repetir la apatía y el desconcierto de los jugadores del Tenerife, el cuadro insular salió más concentrado y tuvo la suerte de encontrarse, en el minuto 52 con una falta en la misma línea del área de castigo, que fue revisada por el VAR y que el árbitro consideró penalty la acción emprendida por Valiente, a quien el colegiado expulsó por doble tarjeta amarilla.
Con el pundonor que le caracteriza, Suso Santana asumió la responsabilidad de lanzar la máxima pena y el portero Mariño no pudo evitar el tanto del delantero de Taco.
El Sporting pasó a tener que jugar con diez, tras la expulsión de Valiente y eso facilitó que el Tenerife tomara el control del choque, por lo que no tardó en llegar el segundo tanto visitante, un golazo marcado por Dani Gómez con una excelente asistencia de Nahuel, tras la salida de un córner. Corría el minuto 69 de encuentro y el resto del tiempo se dedicó a especular con el reloj, teniendo más posesión de la pelota, para evitar un posible gol local, que hubiese metido al equipo asturiano otra vez en el choque.
Imagen de archivo | CEDIDA